¿Mercedes no podía subir el IPC?

31/07/2023
Zuriñe Herreros (ELA-Industria eta Eraikuntza)
Mercedes Benz Vitoria consiguió su récord histórico de ingresos en el año 2022, 6.633 millones de euros, creciendo un 20,4% respecto al año anterior.

Con los datos en la mano, todavía nos sorprende más el discurso de la empresa y la clase política vasca, que constantemente llamaban a la desmovilización y a la imposibilidad absoluta de aplicar subidas vinculadas al IPC.
En pleno conflicto laboral, parecía que la estabilidad de la fábrica y del resto de la industria vasca estaba en peligro porque la plantilla se había organizado para defender sus derechos, ir a la huelga y llenar las calles de Gasteiz.
No obstante, mientras tanto, la alta dirección de Mercedes y el consejo administración, se embolsaban 2,9 millones de euros; y por si fuera poco, se dedicaban a repartir a los accionistas 61,7 millones de euros en dividendos.

Y sin embargo, la culpa de poner en riesgo una inversión millonaria, era de la plantilla. Un plantilla que con sus salarios y cotizaciones, tan solo supone el 5,1% del gasto total de la empresa. Una cantidad que además, ha ido disminuyendo en los últimos años. Junto con la disminución del gasto de personal, se ha incrementado la facturación por cada trabajador, una vez más, creando mayor margen de beneficio para los de siempre.

Tachar de irresponsables a las personas trabajadoras por pelear por un reparto de la riqueza más equitativo, teniendo estos datos en frente, es una tomadura de pelo. Pero esta falta de respeto no solo vino desde la dirección de la empresa, estuvo apoyada por las declaraciones y guiños de los políticos vascos, que aprovechando el espacio público y sus medios de comunicación, no tardaron en deslegitimar las movilizaciones; y como no, esta misma falta de respeto vino por parte de los sindicatos que firmaron un convenio, que lo único que ha conseguido es enriquecer, más si cabe, a la empresa.

Por todo ello, ELA tiene claro de qué lado está y cual es su papel en Mercedes: luchar por un reparto justo de los beneficios, que si a alguien corresponden, es a la clase trabajadora.