Un poco de decencia

20/06/2023
Leire Estevez - Acción Social
El día Internacional de las Personas Refugiadas nos pilla con rabia por las muertes del pasado miércoles en el mar Jónico. Según algunas fuentes podrían ser cerca de 750 las personas que iban en la embarcación, 104 las rescatadas con vidas, y 79 los cuerpos sin vida. Muertes que son asesinatos causados por la decisión de las autoridades griegas de no asistir humanitariamente al hundimiento de la embarcación cuando la ayuda había sido solicitada.

Hoy 20 de junio recordamos también que en cuatro días se cumple el primer aniversario de la masacre de Melilla. Crimen a manos de la policía marroquí que se saldó con las muertes de decenas de personas que trataban de cruzar la frontera, actuación que Pedro Sanchez consideró tildar de “operación bien resuelta”. 

Hace dos semanas la noticia de los incentivos a la Policía Nacional española en la frontera de Irún por la caza de inmigrantes nos llegaba con gran preocupación, le seguían otras noticias que hablaban de la normalización de los cupos como herramienta para la “eficacia” en materia de extranjería. Medidas que al parecer aplican con normalidad tanto la policía francesa como la española cuando se trata de llegar a resultados.

Sabemos con certeza que diariamente se vulneran los derechos humanos en la frontera, en persecuciones policiales que criminalizan a las personas migrantes por el mero hecho de serlo, identificaciones por perfil étnico, agresiones racistas y devoluciones en caliente.

Mientras tanto, Escrivá modifica el reglamento de Extranjería a las puertas del verano con el único fin de facilitar la contratación de mano de obra barata, y es que poco o nada le importan los derechos de estas personas, solo pretende dar salida a una demanda del mercado que no hará otra cosa sino crear precariedad laboral. 

Y sin embargo esto nos pone delante que no es verdad que no haya recursos para llevar a cabo una regularización real y definitiva de las personas migradas. Unos dispositivos de acogida que funcionan y se activan en base al origen y la situación económica de la persona solicitante y demuestran que es cuestión de voluntad política.

Hay un interés explícito en mantener unas relaciones de dominación a través de las cuales se niega la humanidad de las personas del sur global, para seguir construyendo una imagen de ese otro amenazante que viene a robar o a delinquir, y en definitiva, para que no nos duelan sus muertes.

Como dice la escritora Peruana Gabriela Wiener; 

España: les disparas en sus países, les disparas en tus colonias, les disparas en el agua, les disparas en las fronteras, les disparas en sus casas, les disparas en el corazón. Mi profesora de Geografía en Perú, la que me enseñó la escala, la latitud y la longitud del mundo, le cambia el pañal a tu padre, España. Ten un poco de decencia.”