Una oportunidad, como en 1994

16/10/2018
Adolfo Muñoz "Txiki", secretario general
El acuerdo del PSOE y Unidos-Podemos abre alguna posibilidad para cambiar cosas. No todas las que desearíamos, pero sí algunas. Es cierto que debía haber ido mucho más allá, por ejemplo, derogando la Ley de Estabilidad Presupuestaria y su desarrollo. Era una petición que Unidos-Podemos había hecho al PSOE y que no se recoge en el acuerdo. En eso -y es muy importante- han ganado las políticas de ajuste neoliberal y su efecto más concreto es que, aunque aumente la recaudación fiscal, ésta no se podrá destinar a paliar las necesidades sociales. La maldita regla de gasto impide destinar el dinero necesario, por ejemplo, a las pensiones públicas. De hecho, el gasto que Sánchez presenta a la UE tras el acuerdo con Unidos-Podemos es el mismo que en el proyecto anterior.

Otra materia que queda muy pobre en esos acuerdos es la referida a la reforma laboral. Más si tenemos en cuenta que el compromiso de ambos partidos cuando gobernaba el PP era derogarla. Sin embargo, las materias que se recogen en el acuerdo están lejos de ello.

Lo cierto es que buena parte de los acuerdos alcanzados no tienen nada que ver con los Presupuestos. Son temas que se tramitan al margen del debate presupuestario: SMI, reforma laboral… Esto es importante subrayarlo porque, si no hubiera Presupuestos, no significa que no se puedan desarrollar esas materias (SMI, reforma laboral…) por otras vías legales.

En otros aspectos hay avances significativos. Por ejemplo, en el SMI que se fija en 900 €. Nos gustaría que a la hora de establecer el SMI no se hiciera tabla rasa para todo el Estado, en la medida que no es igual vivir en Hego Euskal Herria que en otros lugares. Lo decimos con todo el respeto pero constatando que el coste de la vida en nuestro país es mayor y que los niveles de vida no son ni mucho menos similares. ELA fijó la reclamación de un salario mínimo para Hego Euskal Herria en 1.200 €. Dicho eso, ELA da valor al incremento que se plantea. Queda 127 € por encima del que acordaron en diciembre de 2017 CCOO y UGT con la CEOE y el PP para 2019. Un 16% más. Lo establecieron en 773 €, condicionándolo, además, a que se cumplieran determinadas variables económicas (PIB...). Estos 900 € que se establecen ahora muestran la inutilidad de un diálogo tripartito a la medida de la patronal, que ha alegado que con estas medidas “se cuestiona el diálogo social”.

El acuerdo no recoge nada sobre algo muy importante para los y las trabajadoras vascas y que afecta a la reforma laboral de Zapatero: acabar con la estatalización de la negociación colectiva, eliminando la opción que la ley da para que CCOO, UGT y la patronal española prohíban que las mayorías sindicales y patronales vascas podamos negociar convenios. Una prohibición que empobrece de forma muy importante las condiciones de trabajo. ELA no plantea que no se puedan negociar convenios de Estado; lo que exigimos es que esos convenios de Estado no impidan negociar en los sectores y empresas vascas mejores condiciones en los ámbitos de negociación colectiva vascos.

Pues bien, de nuevo la matemática parlamentaria en Madrid hace que los votos de los parlamentarios vascos puedan ser necesarios para aprobar esos cambios -si se plantean- en Madrid. Igual que en 1994.

ELA acude esta semana al Congreso de los Diputados a celebrar reuniones con los grupos parlamentarios del PSOE, Unidos-Podemos, PdeCAT, ERC y EH Bildu. Vamos a insistir en que deroguen las reformas laborales y de pensiones, y pensamos, sinceramente, que se dan las condiciones para acabar con la estatalización de la negociación colectiva. Esta reclamación es, además de justa, democrática. Justa porque sirve para mejorar las condiciones de trabajo en Hego Euskal Herria, y democrática, porque las mayorías sindicales vascas son diferentes a las españolas y deben ser respetadas. Por eso ELA insiste en la importancia de respetar las reglas de juego democráticas en el ámbito sindical, social y político para hacer posible el Marco Vasco de Relaciones Laborales. El derecho a la libertad sindical no se entiende en plenitud sin que conlleve la capacidad de negociar colectivamente.

Lamentablemente, a pesar de haberlo intentado, a día de hoy no ha sido posible concretar una reunión con el PNV. En 1994 ELA valoró muy positivamente la actuación del PNV en Madrid para que la negociación colectiva vasca tuviera reconocida la prioridad aplicativa respecto a la que se establece en el Estado. Eso mismo es lo que planteamos de nuevo. Si a los parlamentarios vascos les preocupan de verdad las condiciones de trabajo, la libertad sindical y el derecho a la negociación colectiva en nuestro país, tienen una oportunidad de demostrarlo. Por nuestra parte, sabríamos agradecerlo.