"Se va un gran militante y una gran persona" Jon Idigoraseri buruzko Jose Elorrietaren oroitzapenak (Gaztelaniaz)

2005/06/03

Mi primer recuerdo de Jon Idigoras se remonta al año 1976. El era entonces máximo dirigente de LAB y yo miembro de la ejecutiva de ELA. Eran los tiempos de la transición, y ambos fuimos invitados a explicar nuestros proyectos sindicales ante un grupo de trabajadores y trabajadoras en Zaratamo. Nuestro primer encuentro tuvo dos partes muy diferenciadas; una, de competencia muy dura: ambos intentábamos acercar a nuestro proyecto concreto a la gente que allí estaba; y otra, absolutamente amistosa y fraternal, los dos, con los organizadores, debatiendo sobre todo, y tomando unos potes con los organizadores del evento.

Los recuerdos posteriores son ya cuando Jon deja de ser dirigente de LAB y pasa a ser una cualificado dirigente de la izquierda abertzale. Mantuvimos encuentros siempre informales, muy amistosos, en los que conocí y disfruté de su forma de ser campechana, abierta y apasionada.

Volví a ver a Jon Idigoras la semana pasada. En cuanto tuvimos conocimiento de la gravedad de su estado fui a visitarle a la clínica con German Kortabarria, secretario general adjunto de ELA. Fue una conversación breve porque estaba muy cansado, pero muy cordial. Allí creo que él mismo hizo el mejor repaso de lo que ha sido su vida: "Hemos luchado; unas veces hemos acertado; otras nos hemos equivocado, pero siempre hemos estado en la pelea".

Creo que estas palabras, que las refirió a todos los que estábamos en ese momento con él, resumen de los que ha sido su vida, una trayectoria comprometida y vital. A lo largo de toda su vida ha luchado por la justicia y por la liberación nacional de Euskal Herria; una lucha que ha llevado hasta las últimas consecuencias y que le ha llevado a sufrir persecución, exilio y carcel.

Yo destacaría sus valores como persona, su compromiso militante ininterrumpido y su lucidez política. Idigoras era una persona que sabía diferenciar quiénes eran sus aliados en la lucha política y sindical al margen de coyunturas concretas de competencia o desavenencias.

Quiero finalizar con una anécdota de mi relación con Jon Idigoras, una anécdota que refleja, creo, un sentimiento mutuo. El otro día, en nuestro último encuentro en la clínica, todo el rato se refirió a mí como "Josetxu". Y eso sólo lo hace la gente del Txorierri que me ha visto nacer o los amigos de toda la vida.

Sin duda, se ha ido una gran persona, un gran militante y un gran luchador.