No se quieren enterar (Astekaria 126, 2004-02-16)

2004/02/12

Todos los sindicatos están seguramente de acuerdo en el diagnóstico de la realidad que vive el mundo del trabajo: las rentas empresariales y del capital se embolsan una parte cada vez mayor del conjunto de la riqueza, en detrimento de las rentas salariales; los contratos y las condiciones de trabajo se deterioran año a año; un tercio del personal está en precario; la proliferación de contratas y subcontratas consigue que el mismo trabajo se haga por menos dinero; muchas nuevas contrataciones se aprovechan para imponer escalas salariales y condiciones distintas, etc., etc. Todos los sindicatos comparten también seguramente la declaración de que la negociación colectiva es un instrumento fundamental de acción sindical.

Y, sin embargo, hay sindicatos que tienen gran dificultad en relacionar una cosa con otra, es decir, en poner en relación la negociación colectiva con la realidad de deterioro de las condiciones de trabajo y reparto cada vez más injusto de la riqueza. Parece como si pensaran que se trata de cosas distintas, sin relación entre sí; como si la negociación de un convenio fuera simplemente la puesta al día del texto del convenio anterior, que a su vez ponía al día el precedente, y así hasta donde se quiera.

El resultado de esta amnesia sobre la realidad del mundo del trabajo que afecta a algunos sindicatos en cuanto se ponen a negociar el convenio colectivo, es el de que firman convenios en los que no se habla de poner coto a la precariedad, a la discriminación, o a los abusos empresariales; son convenios estándar cuya estructura y contenidos no se han visto afectados por los cambios del mundo del trabajo y que, naturalmente, no inciden en las situaciones de precariedad, discriminación y abuso.

Quien está encantada con estos sindicatos amnésicos o que, como en la canción, no se quieren enterar, es la patronal, que ésta sí que se entera de que una negociación colectiva de estas características continuista, burocrática, que no cuestione el modelo laboral que están implantando es un verdadero chollo. Una negociación colectiva, en definitiva, que quiebra e inutiliza lo que debe ser instrumento fundamental de los trabajadores y trabajadoras organizados para responder a sus problemas reales y cambiar las cosas.

G.K.