"En AransGi ya no nos mirará nadie por encima del hombro"

A continuación, la valoración de Txomin Lasa, responsable de Gizalan en Donostia:
Las claves del acuerdo:
- Vigencia: 1 de enero del 2016 - 31 de diciembre del 2019
- Recuperación de parte de la pérdida de poder adquisitivo con la recuperación del IPC de los años 2013, 2014 y 2015 (En tablas). Sin retroactividad.
- Subida salarial del IPC + 1% para los años 2016, 2017, 2018 y 2019.
- Un día de asuntos propios sin justificar.
- Jornada máxima 1592 horas. 24 días laborables de vacaciones. Todos los puentes
- Clausulas anti reforma: Ultraactividad, flexibilidad, absentismo, inaplicación salarial, movilidad geográfica.
El contenido firmado es muy importante, ya que permite a las trabajadoras de AransGi dar un paso adelante a nivel salarial y situarse en una posición cabecera en el sector respecto al salario y a la jornada, dando un salto en la dignidad y reconocimiento de su trabajo, a pesar de que todavía queda mucho trabajo y mejoras por hacer.
Pero más allá de la victoria que suponen las mejoras laborales, hay otras muchas pequeñas victorias que conllevan un proceso como este, victorias tan o más importantes como esta, y que me gustaría comentar.
Detrás de las firmas farragosas que se plasman en el papel de un convenio hay nombres reales, de personas reales y en este caso son las siguientes: Leire, Naroa e Idurre. Ellas son las tres delegadas de ELA que han liderado este proceso a pesar de sus dudas, miedos y conflictos y gracias a sus innumerables virtudes, paciencia, valentía y convencimiento.
Y de la mano, con ellas, un grupo de trabajadoras que han entendido que lo que pedían era justo, que no se consiguen las cosas que se quieren si no se pelean, que han dado un paso adelante cuando la situación lo requería y que aunque a todo el mundo le cuesta hacer una pancarta, gritar en una concentración, hacer una coche-caravana o ponerse en el ojo del huracán, por primera vez, cuando se tiene la razón, ¡hay que hacerlo! A sabiendas de que nadie nos va a dar lo que nos corresponde, vamos a tener que arrebatárselo.
Por tanto, a todas ellas, gracias porque sois ejemplo y espejo donde se va a poder mirar otras muchas trabajadoras, igual que nosotras los hemos hecho con otras.
Gracias, además, por haberlo hecho en un sector que por ser feminizado y por trabajar con colectivos no normativos, es por ende especialmente precarizado. Habéis conseguido romper otra pequeña grieta en un sistema que no está ideado para vosotras.
Y para finalizar, gracias por ser compañeras infatigables de lucha y por todo lo que he podido aprender junto a vosotras. No nos olvidemos nunca que nadie nos tiene porque mirar por encima del hombro, ¡esto sí que es una victoria!