El ager vasconum sigue vivo #Errigora

12/11/2019
La asociación Errigora ha organizado, un año más, la iniciativa “Nafarroa hegoaldeko uzta, euskarari puzka”. Hasta el 20 se podrán solicitar cestas compuestas por excelentes productos del sur de Navarra. ¿Para qué pedir las cestas? Primero, como no, para disfrutar de los productos que contienen. Segundo, para impulsar la producción local. Y, tercero, para ayudar al euskara. Haciendo tu pedido, destinarás el %25 al movimiento a favor del euskara del sur y centro de Navarra. ELA se suma a esta iniciativa y quiere ayudar a difundir este proyecto. Este es un adelanto del reportaje que se publicará en el siguiente #Alda.

https://www.errigora.eus/es

El historiador romano Tito Livio (Padua, 59 a.C. – 17 d.C.) fue el primero en escribir el término ager vasconum. En sus relatos de las campañas militares llevadas a cabo en las proximidades del Ebro por el general romano Quinto Sertorio el año 76 antes de Cristo (a.C.), Tito Livio denominó ager vasconum a dicha zona. El ager era, probablemente, el territorio de la agricultura y la ganadería “civilizadas”.  Los romanos denominaron saltus vasconum a la otra zona geográfica, a la montañosa, en la que predominaban la vida “primitiva” y la economía no desarrollada y poco productiva.

En 1986, el Parlamento de Navarra aprobó la Ley Foral del Euskera, que dividía la comunidad foral en tres zonas lingüísticas: la zona vascófona, la zona mixta y la zona no vascófona. Han transcurrido algo más de dos  mil años entre ambos hechos, pero si comparáramos los territorios que conformaban entonces el ager vasconum y los de la “zona no vascófona” actual, las similitudes serían evidentes.  Hablamos, con todos los matices que se quiera, del mismo territorio, del que se extiende de la zona media hasta el sur de Navarra, de Cortes a Puente la Reina y de Viana a Sangüesa.

Hace siglos que ya no existe el imperio romano, pero en el ager vasconum la agricultura sigue constituyendo el principal modo de vida de la gente. Es la mayor huerta de Euskal Herria, y muchos de los productos que proceden de allí difícilmente podríamos obtenerlos en otro lugar de nuestra geografía; por ejemplo, el aceite de oliva, las alcachofas, los pimientos rojos, los cogollos y las borrajas. La cosecha suele ser abundante, y produce verduras y hortalizas de gran calidad.

Por desgracia, no es tan fructífera la cosecha del euskera en el territorio denominado ager vasconum en tiempos de los romanos, es decir, en la zona definida como “no vascófona” por la Ley Foral del Vascuence. A fin de acabar con esta situación, el pasado 12 de octubre Errigora —una iniciativa popular que aúna el impulso del euskera y la soberanía alimentaria— presentó en Tafalla al grupo Agerraldia. Ibai Sueskun es miembro de Errigora, y ha trabajado duro preparando la presentación de Tafalla. Aprovechando uno de sus escasos ratos libres, ha hablado con Alda en la sede de AEK de Burlata.

“No hay apenas oportunidad de comunicarse en euskera fuera del ámbito de la alfabetización, es decir, fuera de las ikastolas y de los euskaltegis. Los niños, por ejemplo, la única conexión que tienen con el euskera es en el aula; no tienen la posibilidad de disfrutar de su ocio en esta lengua. Por eso, el objetivo de esta campaña es impulsar en la sociedad una actitud favorable hacia el euskera, y fomentar su conocimiento y su utilización. Queremos crear una red que sirva para expandir el euskera, por lo que hemos desarrollado una potente agenda que cultivará diversos ámbitos: el socioeconómico, el cultural, el educativo, el deportivo, el del ocio…”.

La presentación es la última iniciativa de Errigora para impulsar el euskera. Esa es, precisamente, uno de las claves de este proyecto, nacido en el 2013: el euskera. Otro, la soberanía alimentaria. “Hemos conseguido, por tanto, aunar los dos principales elementos motivadores de Errigora. La primera campaña fue en el 2013: comenzamos a vender cestas llenas de productos del sur de Navarra, al mismo precio que en cualquier tienda. Cada cesta costaba 50 euros, y nuestro compromiso era el siguiente: el 25 % del dinero recibido debía destinarse a mejorar la situación del euskera”.

Éxito total. Aquella primera campaña, denominada “Nafar hegoaldeko uzta, euskarari puzka” tuvo un enorme éxito.“Se vendieron más de 8.000 cestas, y se ingresaron unos 122.000 euros. Y la demanda va creciendo año tras año. El año pasado, en el 2018, llegamos a vender 13.000 cestas, y se ingresaron 165.000 euros. A lo largo de estos años, hemos destinado casi un millón de euros a mejorar la situación del euskera en el sur de Navarra”.

Ya está en marcha la campaña “Nafar hegoaldeko uzta euskarari puzka”. Hay varias maneras de inscribirse: en la propia asociación Errigora, en los locales de AEK, en las asociaciones locales que apoyan a Errigora o en la web errigora.eus. El plazo de inscripción finaliza el 20 de noviembre. Este año, además, hay novedades en las cestas. Ibai Sueskun nos ofrece los detalles: “Estos últimos años ha habido dos cestas: la ‘normal’ y la ecológica. Este año habrá una tercera, a la que hemos denominado ‘cesta especial’ y que contiene otros productos, además de los habituales. Dado que la campaña ‘Nafar hegoaldeko uzta, euskarari puzka’ comienza hacia la Navidad, nuestra intención es que estas cestas sirvan de regalo navideño”.

El número de pedidos que recibe Errigora va aumentado año tras año. “Los primeros años, como es natural, éramos nosotros quienes ‘perseguíamos’ al cliente. Ahora, en cambio, son los productores quienes se dirigen a nosotros, lo que demuestra que estamos ante un proyecto serio, y que somos capaces de ofrecer cada vez más productos. Actualmente trabajamos con 25 proveedores de productos del sur de Navarra, y contamos con una red de más de 200 colaboradores”.

Cientos de voluntarios. Una campaña de este tipo exige un gran esfuerzo. En septiembre, se empieza a llenar las cestas con las muestras adelantadas por los productores. A continuación, se almacenan las cestas, se gestionan los pedidos y se distribuyen por toda Euskal Herria. Todo esto no sería posible sin los 700 voluntarios que apoyan la campaña ‘Nafar hegoaldeko uzta euskarari puzka’.

“Esta iniciativa toma cuerpo gracias a la labor de una comunidad cada vez más amplia, una red plural de ciudadanos, agricultores, productores, euskaltzales y consumidores que trabajan con ilusión y con ambición. Hemos creado una extensa red partiendo casi de la nada, porque creemos que Navarra necesita a Euskal Herria y que Euskal Herria necesita a Navarra”.

Eskutik eskura (En propia mano). La campaña “Nafar hegoaldeko uzta, euskarari puzka”, que empieza en otoño, no es la única que desarrolla Errigora a lo largo del año. En primavera, impulsa la iniciativa “Nafar hegoaldeko uzta eskutik eskura” (La cosecha del sur de Navarra, en propia mano). “Esta campaña surgió con el objetivo de incidir en los hábitos de consumo de la ciudadanía. Entre los productos que se ofrecen están el aceite de oliva virgen extra y lotes de conservas que, gracias al ‘auzolan’ (trabajo comunitario) pueden adquirirse, sin moverse de casa, a precios de origen.  Este sistema nos permite prescindir de intermediarios; el trueque y el ‘auzolan’ son nuestros ejes de trabajo. El aceite se comercializa en bidones de cinco litros, y las conservas en lotes de doce envases. Por tanto, podemos proveernos de estos productos de primera necesidad para todo el año”.

Errigora ha crecido, y mucho. El número de pedidos es cada vez mayor en las dos principales campañas del año, la de otoño y la de primavera. Pero no se conforman con eso, y aspiran a más. “Nuestro objetivo es que haya todo el año pimientos de la Ribera en Hernani y alcachofas en Iparralde. Queremos, por tanto, desarrollar un proyecto que dure todo el año, además de las dos campañas principales. Le hemos dado muchas vueltas a este proyecto, y para nosotros es fundamental acercar la Ribera al resto de territorios vascos. Y su huerta es la que nos ofrece la oportunidad para hacerlo. Puestos a soñar, sería bonito tener un gran almacén en el centro de Euskal Herria, por la Sakana, para que estos productos de la Ribera estén disponibles todo el año en cualquier punto de nuestra geografía. Nos falta mucho para alcanzar esa meta, pero hace seis años, cuando comenzamos con la primera campaña, no pensábamos que llegaríamos hasta aquí”.

Es un objetivo ambicioso, pero tanto Ibai Sueskun como el resto de impulsores de Errigora están convencidos de que iniciativas de este tipo son imprescindibles para la supervivencia del euskera en la Ribera. “ La Ribera se encuentra en la denominada ‘zona no vascófona’, por lo que el euskera no es oficial. El porcentaje de vascoparlantes es solamente del 3,9 % de la población, y hay un 10,3 de casi euskaldunes. Con el dinero obtenido a lo largo de estos años hemos impulsado numerosas iniciativas: hemos aliviado la asfixiante situación económica de las ikastolas de la zona, hemos organizado campañas de alfabetización de adultos, hemos creado la iniciativa ‘Euskaraz bizi eta sortu’… Y tenemos bien clara una cosa: si no lo hacemos nosotros, no lo hace nadie”.