Las empresas multinacionales transfieren el 40% de sus beneficios a paraísos fiscales

Los tratados comerciales de nueva generación (como el TTIP o el CETA) tratan de dar carta de naturaleza a ese pensamiento. Establecen una arquitectura jurídica que prima y defiende los intereses particulares de las grandes empresas frente a los derechos humanos, económicos, sociales, culturales y medioambientales.
A nada que se profundice se verá que las empresas transnacionales no son ejemplo de buena conducta, ni mucho menos. En este artículo vamos a abordar el trabajo de Gabriel Zucman, profesor de la Universidad de Berkeley, que junto a otros dos profesores (Thomas R.Torslov y Ludvig S.Wier) han elaborado un informe, titulado “Los beneficios perdidos de las naciones”. En él se analiza la pérdida de ingresos de los gobiernos como consecuencia de la práctica empresarial de utilizar los paraísos fiscales.
El estudio analiza la caída que se está produciendo a nivel global en los impuestos pagados por las empresas. Muchas veces se justifica esa rebaja por la necesidad de ser un territorio más atractivo para el capital (argumento habitual en boca de los responsables de las haciendas vascas).
La realidad es que las grandes multinacionales no mueven mucho capital real de un lado a otro. En lugar de ello transfieren beneficios contables hacia los lugares en los que la tributación es menor. Las tres vías por las que las empresas realizan esa transferencia de beneficios contables son:
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La manipulación de los precios de exportación e importación entre las empresas del grupo (lo que se conoce como “precios de transferencia”).
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Los pagos de intereses intra-grupo (que constituyen impuestos deducibles).
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La localización estratégica de intangibles (los activos que tienen un valor, pero que no pueden tocarse, como las marcas o patentes).
El estudio de Zucman, Torslov y Wier concluye que al menos el 40% de los beneficios de las empresas multinacionales son transferidos a paraísos fiscales. Es decir, las empresas multinacionales utilizan la ingeniería fiscal para reducir enormemente su tributación, lo que supone una pérdida millonaria para las arcas públicas.
Existe una clara evidencia que muestra la transferencia artificial de beneficios de lugares donde los impuestos son más altos a donde son más bajos. El estudio muestra que en los paraísos fiscales la rentabilidad de las empresas extranjeras es mucho mayor que la de las empresas locales (hasta 10 veces más en Irlanda o Luxemburgo). Por el contrario, en los lugares que no son paraísos fiscales ocurre al revés.
Además, se constata que desde la década de los 70 del siglo pasado se ha agravado esta situación. Es decir, todo indica que esta política de transferencia de beneficios a paraísos fiscales está siendo cada vez más utilizada.
El análisis de estos profesores universitarios explica, sin duda, que, según el Observatorio de Responsabilidad Social Corporativa, las empresas del Ibex 35 tengan 1.285 filiales en paraísos fiscales. Todas las empresas de ese índice bursátil tienen al menos una filial (Iberdrola 71, BBVA 53) en paraísos fiscales.
Por su parte, tan solo el 17% de los beneficios de las multinacionales pueden ser realmente asignados a un territorio concreto. Llegando a casos como el de Facebook, que no permite saber la procedencia de ninguno de sus beneficios.
Por último, nos quedamos con otras dos conclusiones de los autores, que están relacionadas:
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El modelo de competir a la baja en los impuestos a las empresas supone aceptar que tendencialmente el tipo impositivo sea cero. Esto conlleva, también, que vayan desapareciendo los impuestos progresivos sobre la renta. De esta manera va a seguir aumentando la desigualdad.
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Que es posible aumentar en el futuro los impuestos a las empresas, ya que lo que se desplazan son los beneficios sobre el papel, no el capital. La clave, más que en la globalización, está en las políticas que se quieren aplicar en cada territorio.
Y claro está, podríamos añadir, todo esto sucede con la colaboración de los responsables políticos, que para esconder su subordinación al capital no dudan en mentir a la ciudadanía.