Vivienda
Las mujeres tienen una mayor dificultad para acceder a una vivienda

Bajo el título Informe del acceso a la vivienda en Euskadi desde la perspectiva de género el Observatorio Vasco de la Vivienda analiza las razones por las que las mujeres tienen una mayor dificultad a la hora de acceder a una vivienda digna. El principal motivo es la precariedad en el empleo: una tasa de actividad menor, así como una tasa de paro superior y una brecha salarial de 5.622 euros.
Otro elemento clave es la parcialidad en los contratos. El 80% de las personas que tienen una jornada parcial son mujeres y esta situación está directamente vinculada con el mayor peso en las labores de cuidados que estas desarrollan. El dato de parcialidad contrasta con el los porcentajes de la jornada completa, donde cerca del 60% de las personas con contratos a tiempo completo son hombres.
Por este motivo, 8 de cada 10 mujeres entre 18 y 44 años con necesidad de acceso a su primera vivienda no tiene recursos suficientes para hacerlo. Otro indicador que muestra la mayor vulnerabilidad de las mujeres a la hora de encontrar vivienda es la mayor propensión de solicitudes de vivienda protegida, tanto en régimen de compra, como de alquiler.
En lo respectivo al derecho subjetivo de la vivienda de la ley de vivienda vasca de 2015, el derecho ha sido reconocido en mayor medida a mujeres, dada su situación económica más desfavorable por su discriminación laboral. El 64,5% de las personas que tienen el derecho reconocido y el 70% de las personas que reciben la Prestación Económica de Vivienda (PEV) son mujeres.
En este sentido, cabe recordar que el derecho subjetivo a la vivienda no garantiza, ni de lejos, el acceso a una vivienda digna en la CAPV. Dada la falta de vivienda protegida en alquiler para hacer frente a todas las personas que tienen reconocido el derecho subjetivo a la vivienda, el Gobierno Vasco lleva desde el 2015 utilizando la vía de la prestación para acceder a una vivienda. Recordemos que la PEV para 2024 es de 300 euros, muy insuficiente para alquilar una vivienda en el mercado libre.
La conclusión es clara: a mayor precariedad, mayores problemas para acceder a la vivienda. Sin embargo, el informe no va más allá del diagnóstico y no plantea alernativas para revertir esta situación. Desde ELA, creemos que es necesario acabar con la brecha de género y las situaciones de precariedad y la discriminación que generan el sexo, la edad y el origen. Y para ello, la huelga es la herramienta más efectiva.
A su vez, llevamos años pidiendo un cambio de modelo en las políticas de vivienda. Se debe garantizar el derecho, proporcionando una vivienda a aquellas personas que la necesiten, y acabar con la vía de la prestación como única alternativa.