Salarios en Gipuzkoa: menos poder adquisitivo y más desigualdad

26/06/2019
El informe que se ha presentado analiza los salarios de Gipuzkoa desde 2008 a 2017. No se ha escogido el año 2008 como base de forma aleatoria, sino de forma deliberada, ya que fue ese año cuando comenzó la crisis y se analizar cómo han evolucionado los salarios durante ese periodo. A pesar de que IPC (Indice Precios al Consumo) haya subido casi diez puntos más que el salario tiene como consecuencia que el poder adquisitivo de las personas se haya reducido considerablemente. Es importante mencionar, además, que la media de los salarios ha tenido una tendencia decreciente el último año, desde 2016 a 2017 se ha reducido 79 euros, mientras que el IPC ha aumentado un 1,6%.

Algunos de los  datos relevantes recogidos en el documento:

1. El salario medio en 2017 fue de 24.406 euros, si observamos la evolución de esta, vemos que la media salarial solo ha crecido un 1,9% en nueve años.

2. Para ver si el poder adquisitivo se ha incrementado o no, tenemos que comparar la evolución que ha tenido la media del salario con la evolución del IPC. La subida del IPC fue del 11,8% entre 2008 y 2017, mucho mayor que la del sueldo, que como he mencionado, fue del 1,9%

Que el IPC haya subido casi diez puntos más que el salario tiene como consecuencia que el poder adquisitivo de las personas se haya reducido considerablemente. Es importante mencionar, además, que la media de los salarios ha tenido una tendencia decreciente el último año, desde 2016 a 2017 se ha reducido 79 euros, mientras que el IPC ha aumentado un 1,6%. Es evidente, por lo tanto, que la reducción del poder adquisitivo no es un fenómeno que se produzca únicamente en tiempos de crisis, sino que es algo que también se viene dando durante el ciclo expansivo.

3. La crisis ha aumentado cada vez más las diferencias entre los que mas reciben y las que menos, si dividimos a la población por el salario que reciben, los datos muestran que los que mas recibieron ganaron mas y los que menos recibieron, menos.

Un dato significativo es el siguiente: hubo un ratio de 60,5 en 2017 entre los salarios percibidos por el 10% de la población con mayores salarios al percibido por el 10% de la población con salarios más bajos, cuando en 2008 este ratio fue de 38,9.

4.En cuanto a la brecha de género, la media del salario de las mujeres trabajadoras asalariadas fue de 21.007 euros, el de los hombres, en cambio, 28.052 euros. Por tanto, la diferencia fue de 7.045 euros, o dicho de otra manera existió una brecha salarial de 25,1%.

Desde 2008 a 2009 se dio una reducción de la brecha importante, que llegó hasta el 24,8%, la brecha salarial llegó a sus mínimos en 2013 (%24,6) pero desde ese año a 2017 la situación ha empeorado. Podemos concluir que no se han aplicado medidas para reducir esta diferencia ya que se ha reducido de manera insignificante y esta diferencia sigue siendo muy elevada.

No podemos olvidar que hemos analizado el salario de la mujer trabajadora asalariada con los datos que constan en la Hacienda. Fuera de este análisis quedan, por tanto, muchas mujeres que llevan a cabo trabajos de cuidado. Por ello y por otros factores, las desigualdades aún son mayores que los que hemos podido analizar aquí.

5.Otro tipo de brecha fue entre los que tienen la nacionalidad del Estado español y los que tienen una nacionalidad extranjera. Mientras que las personas que tienen nacionalidad del Estado percibieron un salario medio de 25.170 euros, las personas de nacionalidad extranjera percibieron aproximadamente la mitad, 12.766. Es decir existía una brecha del 49,3%. Por si fuera poco, la crisis ha tenido consecuencia negativa en esta comparativa para las personas extranjeras.

6. Las personas jóvenes entre 19 y 25 años son los que más sufrieron la precariedad en Gipuzkoa. En ese tramo de edad la media del salario fue de 7.374 euros en 2017. Ese importe si lo calculamos en meses (14 pagas) da una cifra de tan solo 526,7 euros. Es decir, no llegaba tan siquiera al salario mínimo. Podemos concluir que la juventud vive en una situación de dependencia extrema.

Las conclusiones son claras, como lo señalan las cifras, la crisis ha aumentado cada vez más las diferencias y es por eso que los ricos se hacen más ricos y las personas pobres más pobres. Además, es necesario denunciar la falta de información y transparencia sobre salarios y reparto de la riqueza, lo que ayuda a perpetuar las diferencias sociales y proporciona facilidades a quienes ostentan el poder de seguir en el poder.

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