Contaminación y género: la contaminación (también) nos afecta más a las mujeres

20/02/2019
En el libro "Medio ambiente y salud" la autora y médica endocrinóloga Carme Valls-Llobet señala que muchas enfermedades tienen un origen ambiental y que nos afectan más a las mujeres porque nuestros cuerpos son bioacumuladores de toxinas.

El crecimiento industrial intensivo tienen graves consecuencias y las personas y los ecosistemas tienen que pagar un precio muy alto. Las chimeneas de las fábricas y los vertidos de combustible en el mar no son las únicas fuentes de contaminación. También debemos poner el foco en la comida, el aire que respiramos, el agua que bebemos, en los cosméticos, o en los aparatos electrónicos.

Esta doctora nos recuerda que el 45% de los alimentos que ingerimos tienen residuos tóxicos, sobre todo pesticidas. De las 3.000 sustancias químicas que utilizamos a diario, desconocemos la toxicidad del 85%. Estas sustancias tóxicas que nos rodean son imperceptibles y la incidencia en nuestros cuerpos depende de la dosis y del tiempo de exposición. Las sustancias químicas que pueden alterar el equilibrio hormonal, las radiaciones, o los campos electromagnéticos como los móviles, ordenadores, wifi o microondas tienen efectos directos en nuestra salud.

La vulnerabilidad que tenemos las personas frente a estas sustancias depende del sexo y de la edad. Pero es mayor en las mujeres porque nuestro cuerpo funciona como un bioacumulador de toxinas. Este factor biológico nos sitúa a las mujeres en la primera línea de las personas afectadas por el deterioro ambiental por lo que podemos sufrir alteraciones en el ciclo menstrual, riesgos para la fertilidad y la reproducción, síndrome premenstrual y de ovario poliquístico, pubertad adelantada, malformaciones congénitas, obesidad, fibromialgia, síndrome de fatiga crónica, sensibilidad química múltiple o alteraciones en la función tiroidea.

Las enfermedades no se pueden analizar de manera aislada, como si no tuvieran relación con las condiciones de vida, profesión, cultura, edad, etnia o clase social. Este libro subraya los cuidados que cada persona tiene que tener hacia su cuerpo, pero sin olvidar que la solución debe ser colectiva y tiene que venir de las políticas públicas ambientales.