La Comisión Europea retrasa la transición energética y la lucha contra el cambio climático a través de su Plan RepowerEU

09/06/2022
Para reducir la dependencia de la Unión europea del petróleo, del gas natural y del carbón ruso, ha puesto en marcha una serie de medidas y políticas que no cumplirán con el objetivo que el mismo plan establece: la neutralidad de carbono para el 2050, la reducción del consumo energético, la transición hacia las energías renovables y la protección de las más vulnerables.

Según el Plan RePowerEU, el objetivo es reducir el consumo de energía y transformar los procesos industriales para sustituir el gas, el petróleo y el carbón por electricidad renovable y el hidrógeno libre de emisiones, con medidas en el lado de la oferta para crear capacidad y el marco para desplegar y producir energías renovables, al tiempo que la Unión Europea se mueve en su conjunto hacia la neutralidad climática para 2050. Sin embargo, también afirma que el alejamiento de los combustibles fósiles rusos requerirá inversiones específicas para la seguridad del suministro en infraestructuras de gas, cambios en la infraestructura petrolera y desarrollar una columna vertebral de hidrógeno a escala de la Unión Europea. De esta manera asegura que la eliminación gradual de la dependencia de los combustibles fósiles rusos será factible y asequible para todos los Estados miembro.

El Plan propone medidas para desarrollar las energías renovables, como la obligación de colocar paneles solares en determinados edificios, impulsar la eólica marina, desarrollar sistemas de calefacción urbana, calefacción comunitaria limpia,… Pero también medidas muy preocupantes como sustituir el uso el gas natural por el hidrógeno o aumentar la utilización del carbón y la energía nuclear.

Cuando se ha logrado por parte de la mayoría de los países participantes de las COP aceptar la reducción paulatina del uso del carbón, causante de grandes cantidades de emisiones de efecto invernadero, y en consecuencia, del cambio climático, es inadmisible que la Unión Europea haga lo contrario. Lo mismo pasa con la energía nuclear, cuando el peligro que conllevan estas centrales y las problemáticas ambientales que se generan con sus residuos es tan evidente, la Comisión retrocede décadas en su política energética.

En cuanto al hidrógeno, la estrategia de impulsar corredores del hidrógeno por toda Europa, como si fuese energía limpia y renovable está cada vez más extendida. En la CAPV y en Navarra ya se empezó a desarrollar esta estrategia con los Fondos Europeos, aún sabiendo que es una tecnología aún sin desarrollar, que no es eficiente desde el punto de vista energético ni económico, y que no es una energía limpia y renovables. Detrás del hidrógeno se esconde el negocio de las grandes multinacionales energéticas para de recibir dinero público para realizar las inversiones que les convienen desde un punto de vista meramente económico, sin tener en cuenta las necesidades de la sociedad y del medioambiente. Esta no es una hoja de ruta hacia una transición energética sostenible, es una hoja de ruta para que os de siempre puedan seguir haciendo grandes negocios a costa del bienestar de la sociedad.

Teniendo en cuenta los objetivos e inversiones que quieren impulsar con este Plan, la transición energética justa que reivindica ELA, basada en la democracia y la publificación del sector energético, en las renovables y en la relocalización de la producción energética, es el modelo opuesto al que nos encaminan desde la Comisión Europea.