La salida del Estado español del Tratado de la Carta de la Energía ha sido posible gracias a la lucha social

El Tratado de la Carta de la Energía es un convenio multilateral firmado por 53 países y en vigor desde 1998. Uno de sus principales objetivos es apoyar inversiones en infraestructuras energéticas. Algunos puntos de este Tratado suscitaban una gran preocupación, especialmente la protección de las inversiones en infraestructuras para combustibles fósiles y la resolución de litigios ante tribunales de arbitraje privados, igual que sucedía con los tratados TTIP o CETA.
Hace cuatro años que se está negociando la modernización del presente Tratado, y tras la última reunión de julio en Bruselas, el Tratado quedó a punto de actualizarse automáticamente en noviembre, si ninguna de las partes se oponía. Pero antes de renovarse automáticamente, Polonia, el Estado español, Luxemburgo, Francia y Países Bajos han decidido salir del Tratado, tal y como lo hizo Italia en 2016.
ELA firmó en 2020, junto con otros 200 movimientos sociales, una carta para pedir que el Estado español saliera del Tratado de la Carta de la Energía. Ahora el Gobierno español anuncia su salida de la misma. NO ha sido una casualidad, ha sido el triunfo de la lucha social en la que ELA ha participado.