CAMBIO CLIMÁTICO

La sequía también afecta a Euskal Herria

05/05/2023
El invierno pasado ha sido especialmente seco, después de la sequía histórica de 2022 sigue la escasez de lluvias y para 2023 se espera un verano muy seco. Las predicciones de lluvia no dan muchas esperanzas.

En Araba llovió menos que nunca en 2022. En Navarra el año pasado fue el más seco y cálido de los últimos 50 años. En otoño e invierno tan sólo se han dado el 40% de las precipitaciones habituales.

Ante esta situación, la actividad agraria de Navarra está siendo muy perjudicada y los sindicatos que trabajan en la agricultura se muestran muy preocupados, ya que la cosecha de cereales de la Ribera de Navarra ha sido declarada perdida por la sequía. Afecta a 40.000 hectáreas.

Las 119.000 hectáreas que utilizan regadío también sufrirán daños si hay restricciones de agua. Y parece que el riego no está garantizado. Las tierras que reciben agua del embalse de Itoiz tienen garantizado por el momento el riego, pero si la situación empeora pueden tener restricciones. Sin embargo, quienes lo reciben del embalse de Yesa, como las Bardenas, no tienen garantizado el riego, ya que el embalse está en el 55%. La situación de los que lo reciben del embalse del Ebro es peor, riega las tierras cercanas a la Lodosa y se sitúa en el 40%. El estado de los cultivos es también preocupante en la Navarra Media y en las cuencas de los ríos Arga y Aragón. En el resto de cuencas el estado de los cultivos y pastos sigue siendo aceptable.

Ante esta situación, los agricultores piden ayuda, pero no sólo económica, sino también otro tipo de medidas. Por ejemplo, una medida fundamental ha sido la de destinar los restos de cereales (paja) a la alimentación animal en lugar de utilizarlos como biomasa para combustibles. El precio de la paja se ha duplicado en los últimos años debido a su uso energético, y supone un coste muy elevado para los ganaderos. Piden que se priorice la ganadería antes del uso energético de la biomasa, ya que será imprescindible para mantener vivos a los animales, si no, se corre el riesgo de llevarlos al matadero.

Otro de los riesgos más conocidos de la sequía en Navarra son los incendios. Los incendios el año pasado fueron terribles y las altas temperaturas de estos días han elevado el riesgo de incendio al nivel más alto. Este verano también habrá incendios.

En la vertiente atlántica de Euskal Herria, la sequía no ha golpeado tanto o se ha notado menos, porque en Gipuzkoa y Bizkaia la actividad agraria no es tan intensa. Pero en Iparralde también están preocupados por la sequía, porque las previsiones no son buenas. Con la sequía de 2022 y la que se está dando en 2023, los caudales de agua están siendo inferiores a los habituales. El nivel de nieve es también muy bajo en los Pirineos y su deshielo se ha adelantado dos meses. En este momento no limitarán el uso del agua, pero sí harán un seguimiento para analizar bien la situación y tomar las medidas oportunas.