GESTIÓN DE RESIDUOS
Las muestras recogidas en el entorno de la incineradora de Zubieta muestran un aumento significativo de sustancias tóxicas

Las primeras muestras se tomaron antes de la puesta en marcha de la incineradora, en 2019, y posteriormente cada año se han recogido diferentes muestras en los huevos de gallinas de la zona, en distintos tipos de árboles, sedimentos y aguas, entre otros. Se concluye que en estas muestras la proporción de tóxicos ha aumentado considerablemente. Los resultados son muy diferentes a los de Biogipuzkoa, dependiente de Osakidetza. Biogipuzkoa señala que no se han encontrado indicios de que se vaya a producir un impacto en la salud a corto plazo. Sin embargo, Toxicowatch ha encontrado en las muestras los siguientes niveles de tóxicos:
• Grandes cantidades de dioxinas en huevos y plantas comparadas con las muestras de 2019. Se han tomado muestras en distintos lugares y en ocasiones el número de dioxinas es cinco veces superior.
• Se han encontrado 226 veces más dioxinas el musgo situado a pocos metros de la incineradora.
• En los pinos y acebos también ha aumentado la cantidad dioxinas y aparecen algunos tóxicos como el PAH y el PFAS que no se encontraron antes de encenderse la incineradora.
• Los niveles de PFOA registrados en las muestras de agua de Arkaitzerreka (63 nanogramos en un punto y 140 nanogramos en otro) superan de forma escandalosa el límite de 0,3 nanogramos que hay en los Países Bajos.
La principal conclusión de estos científicos independientes ha sido que la presencia de de sustancias tóxicas en la zona ha aumentado durante el funcionamiento de la incineradora.
ELA siempre se ha posicionado en contra de la incineradora y mantenemos esta posición. Las incineradoras causan enormes perjuicios en la salud y en el medio ambiente, y no son necesarias. Hay alternativa: la gestión sostenible de los residuos. Y las políticas públicas deben ir en la dirección de este modelo de gestión.