Los impactos ambientales de la guerra en Ucrania

23/03/2022
La guerra entre Ucrania y Rusia está destrozando, literalmente, el país, contaminando el aire, el agua y la tierra. Los efectos nocivos en la salud de la población de las zonas en conflicto perdurarán mucho después de que termine la guerra.

 

Desde 2014, a causa del conflicto en Donetsk y Luhansk, las regiones del este de Ucrania son el escenario de una catástrofe ecológica. No solo se trata de las minas de carbón abandonadas e inundadas, también de las fugas tóxicas en instalaciones industriales que han caído en desuso, la contaminación causada por bombardeos y municiones, y la contaminación del suelo y del agua.

Según un informe de la ONU publicado en 2018, esta zona del este de Ucrania ya se encontraba a las puertas de una catástrofe ecológica. El conflicto surgido en 2014 ya lleva 530.000 hectáreas de ecosistema destruidas. La legislación ambiental no se ha aplicado y esto ha permitido la caza furtiva y las talas ilegales. Tampoco se han cumplido las normas sobre gestión de residuos, y eso ha provocado la contaminación de la tierra y el agua. De las 530.000 hectáreas destruidas, 80.000 hectáreas están en zonas protegidas. Se han destruido 150.000 hectáreas de bosque y ha habido 12.500 incendios, la mayoría como consecuencia de operaciones militares.

La zona ha tenido durante los dos últimos siglos una gran actividad minera. Es una zona de extracción intensiva de carbón que ha provocado grandes niveles de contaminación. El abandono de muchas de las minas, y la falta de vigilancia, han generando más contaminación química y atmosférica.

En esta nueva fase del conflicto, gran parte de los combates se producen en zonas urbanas como Kiev, Jarkiv y Mariupol, donde las instalaciones industriales y militares, al igual que los depósitos de residuos radiactivos, se han visto afectados. A esto se le debe añadir el riesgo que supone tener 15 reactores nucleares en una zona de conflicto.

Cuestiones como la contaminación no son prioritarias mientras suenan las sirenas. Los sistemas de control de la contaminación están desconectados o no se controlan. Pero Ucrania es un país muy industrializado, y ya tenía una calidad del aire mala. Ya era una de las zonas con peor calidad del aire de Europa. Ahora, si algunos de los centros industriales son objeto de ataques o se queman, se van a liberar muchas sustancias tóxicas al aire.

Las explosiones arrojan al aire muchos materiales, desde los metales pesados de las instalaciones industriales hasta el hormigón, los cables y las tuberías de las carreteras, pasando por el amianto de los edificios, además de los metales pesados y diversos carcinógenos de los propios explosivos. Todo esto se acumulará en el suelo y en el agua, y perdurarán durante mucho tiempo.

Tras ocho años de conflicto, la guerra abierta agravará los daños medioambientales en el resto de Ucrania. Los efectos en la salud aparecerán mucho después de que el conflicto haya desaparecido. Las consecuencias se pasarán por alto mucho después de que las bombas dejen de caer y la atención del mundo haya pasado a otros temas.