ENERGÍA
Un sistema de energía renovable distribuída es más sostenible que los grandes proyectos de energía renovable

Un estudio de Ecologistas en Acción (EeA) alerta de la burbuja existente y los problemas asociados a la falta de planificación en la instalación de proyectos renovables, en especial la ineficiencia de poner en marcha demasiada potencia fotovoltaica.
El informe tiene por objetivo cuantificar la potencia renovable que es razonable instalar en el estado. El estudio se centra en la capacidad del sistema eléctrico para absorber la energía que las renovables pueden generar y revela que un incremento desmesurado de la potencia instalada conlleva pérdidas significativas de la energía. Por ejemplo en la fotovoltaica, por el pico diario de generación durante las horas centrales del día. Este fenómeno no es nuevo, lleva ocurriendo durante los últimos años debido a la saturación de algunos nodos de la red. El fenómeno se intensificaría de forma muy importante de ponerse en marcha toda la potencia fotovoltaica que las grandes empresas energéticas quieren instalar en tantos proyectos en tramitación.
Según el informe de EeA, el verdadero estallido ha sido el de la energía solar fotovoltaica, que entre 2019 y 2024 ha multiplicado por siete la potencia instalada en el estado. En este sentido, aunque este rápido despliegue tiene efectos positivos sobre la factura de CO2 del sector eléctrico, no está exento de polémica y tensiones en los territorios. El gran número de proyectos y su extensión territorial, a menudo concentrados en determinadas regiones, tiene impactos potenciales sobre la biodiversidad, el sector primario y el paisaje. Implica también la utilización de miles de hectáreas para las instalaciones, el tendido de líneas y subestaciones eléctricas para la evacuación de la energía, apertura de caminos, utilización de maquinaria y un largo etcétera de actividades que generan impactos.
La organización ecologista estima que gran parte de la potencia fotovoltaica necesaria podría instalarse en zonas urbanas o antropizadas, por lo que la potencia en suelo que sería razonable instalar es mucho menor a los proyectos presentados.
El objetivo de alcanzar la neutralidad climática en 2040 se puede hacer mediante una fuerte reducción de los consumos, la electrificación de gran parte del consumo energético y alcanzando una generación eléctrica 100% renovable en 2030.
La estrategia para lograr dichos objetivos pasa por combinar de forma inteligente el aumento de generación renovable, cercanía al consumo, almacenamiento, interconexiones y equilibrio entre fuentes de energía diferentes. Siempre teniendo en cuenta sus impactos ambientales y económicos. Es indispensable una planificación adecuada y justa.