Pacto de Salud - osakidetza
Tras 8 meses de reuniones los problemas estructurales de Osakidetza siguen sin resolverse

Hoy se ha celebrado la séptima reunión del Pacto de Salud y ELA quiere denunciar que, tras 8 meses desde que este foro inició su andadura y más allá de la propaganda del Departamento de Salud, la única realidad es que los problemas estructurales de Osakidetza siguen sin resolverse. De las reuniones del Pacto no se ha derivado ni una sola medida que haya contribuido a solucionar los graves problemas que soporta nuestro sistema sanitario público. Basta ver algunos datos que hablan por sí solos:
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Según los datos facilitados por la propia Osakidetza, a fecha de 28 de febrero de este año, había un total de 24.091 trabajadores y trabajadoras temporales, a los que hay que sumar otros 3.000 con contratos temporales de corta duración. Ello hace un total de 27.091 temporales (de un total 46.200), lo que supone más de un 50% del total de la plantilla (un 58%).
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A pesar de que el Consejero afirme que se están reduciendo las derivaciones a la sanidad privada, la única realidad es que, durante el ejercicio 2024, y a la vista de los datos ofrecidos por el propio Departamento, Osakidetza destinó un total de 300 millones de euros a financiar los servicios y derivaciones a la sanidad privada, un 11,5% más que el ejercicio anterior. A ello se le suma el hecho de que en ese ejercicio anterior (2023) ese gasto ya había aumentado un 9%, llegando a los 269 millones de euros. Es evidente, por lo tanto, que el gasto de privatizaciones y derivaciones sigue aumentando.
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Osakidetza ha aplicado un recorte directo en los medios destinados a proteger la salud y seguridad de su plantilla. En concreto, ha recortado el número de delegados y delegadas de prevención en un total de 15. En un contexto en el que la dimensión de la plantilla ha aumentado en los últimos años, como también lo han hecho las cargas de trabajo y los riesgos psicosociales, hay menos delegados y delegadas de prevención que hasta ahora. Mientras se hace una utilización torticera de los datos de absentismo del colectivo, se reducen los recursos para proteger la seguridad y la salud de la plantilla.
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La plantilla sigue sufriendo el deficiente funcionamiento de servicios privatizados. Tras los numerosos problemas con el servicio de ambulancias privatizadas, que todos y todas recordamos, ELA ha denunciado la nefasta y caótica gestión de las listas de contratación temporal. Estamos ante un servicio informático que en su momento Osakidetza subcontrató y que está en manos de una empresa externa. La gestión está siendo un absoluto desastre que se está alargando durante meses. Han pasado 9 meses desde que Osakidetza anunció que iba a proceder a la integración y actualización de las listas de contratación temporal. La integración y actualización no solo no se ha completado sino que Osakidetza está publicando sucesivamente listados actualizados que contienen numerosísimos errores. Los errores en la listas citadas, conllevan que las candidatas y candidatos puedan perder un contrato al que tienen derecho. Estamos, por lo tanto, ante un nuevo ejemplo de las graves consecuencias que tienen las privatizaciones de los servicios públicos.
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No hay avances en condiciones laborales. El Acuerdo Regulador de condiciones de trabajo sigue sin renovarse tras más de 15 años y la vulneración de los derechos laborales son una constante. Sirva como ejemplo el Hospital Urduliz, en el que se están denegando, de manera sistemática, las medidas de conciliación que solicita la plantilla; o el Hospital Usansolo, en el que sólo la movilización promovida por ELA ha conseguido frenar el despido de 20 profesionales que llevaban 5 años encadenando contratos temporales fraudulentos.