La tarea educativa exige acuerdos políticos y sociales básicos
Dando continuidad a la labor que se vienen desarrollando en centros educativos de Euskal Herria, ELA considera fundamental situar la tarea educativa en el desarrollo de los derechos humanos y en el trabajo de los mecanismos de creación y solución de los conflictos, alejándola del uso partidario del conflicto vasco y de las víctimas. No obstante, la tarea educativa a desarrollar exige acuerdos sociales y políticos e itinerarios básicos compartidos que lamentablemente el sindicato no ve que se den
Hoy se ha firmado en Donostia un acuerdo entre diferentes agentes educativos en relación al apartado educativo del Plan de Paz y Convivencia. ELA, al igual que LAB y STEE-EILAS, no ha participado en el mismo.
ELA, aunque cree que debe concretarse el contenido, la planificación, la formación y los recursos pedagógicos, valora positivamente la propuesta para el ámbito educativo de la Secretaría de Paz y Convivencia, ya que supone un notable avance respecto al “Plan para la convivencia democrática y la deslegitimación de la violencia” que se impuso anteriormente. Entre otras, creemos que dando continuidad a la labor que en las últimas décadas se viene desarrollando en las aulas de Euskal Herria, aleja la tarea educativa de un uso partidario del conflicto vasco y de las víctimas, y la sitúa en la labor pedagógica en torno a los derechos humanos, en la profundización de los mecanismos que rompen la paz y la convivencia y generan los conflictos en general, su solución y en la labor preventiva para que no vuelvan a suceder.
A pesar de considerar como avance la propuesta realizada, ELA no ha firmado de momento el acuerdo, ya que considera que faltan acuerdos políticos y sociales básicos para lograr verdaderos avances en la normalización política y en la convivencia, especialmente entre las fuerzas políticas y en sede parlamentaria. Siendo esto así, no ve que se den las condiciones necesarias para trasladar al ámbito educativo un acuerdo de este tipo, ya que a pesar de que en nuestros centros educativos hace tiempo que se viene desarrollando una importante labor para la normalización democrática y la convivencia, no considera adecuado cargar sobre la comunidad educativa el peso de esa tarea o hacer uso de la tarea educativa para tratar de encaminar itinerarios que no hemos conseguido acordar en la sociedad y en la esfera política.