La UPV/EHU no puede quedar en manos de la empresa privada

02/03/2023
Ane Bilbao Alzelai - ELA en la UPV/EHU
En una entrevista concedida al diario BERRIA, la Rectora de la UPV/EHU Eva Ferreira afirmó que esta univerdad recibe suficientes recursos públicos, pero que la financiación privada también resulta indispensable, porque las universidades proporcionan conocimiento a las empresas. El Lehendakari Iñigo Urkullu habló en el mismo sentido en la inauguración del curso universitario: Dejó claro que para el periodo 2023-2026 haría falta un nuevo Plan de Sistema Universitario para reforzar el vínculo de las empresas y tecnologías con la sociedad vasca. Sin embargo, hay dos datos revelan la fotografía de una universidad muy diferente de la esbozada por Ferreira y urkullu: por un lado, hay que tener en cuenta que la parte del PIB que se destina a la universidad pública es del 0,4%, esto es, la mitad que en el Estado español, y que, por otra parte, la UPV/EHU necesita para cuadrar sus cuentas el dinero de multinacionales como Repsol, Janssen, etc.; por tanto, la educación pública quedará condicionada por los intereses de estas empresas.

Las declaraciones de Urkullu y Ferreira ponen de manifiesto que pretenden poner la universidad al servicio de las empresas y del capital privado. Si analizamos la deriva del sistema educativo público en los últimos años, vemos que se busca formar a nuestras y nuestros jóvenes en función del mercado, y que está encaminada a investigar únicamente los ámbitos que le convienen al sistema. Esto resulta aún más evidente en la universidad, que no puede cumplir su función de modo integral.

Esa vía se impulsa reduciendo la financiación pública. Tal como ha ocurrido en los años anteriores, el Gobierno Vasco anunció con gran pompa que la partida destinada a educación aumentaría en 32 millones de euros. Sin embargo, obvió que esa cantidad era menor en comparación con la proporción invertida en ejercicios anteriores. Porque este año la parte del PIB dirigida a educación será menor: En 2022 fue un 3,98%, mientras que en este año bajará al 3,82%. Durante decenios el presupuesto de educación ha solido superar el 4% del PIB, pero nos estamos alejando cada vez más de la media europea. Para alcanzar esta media la inversión de este año debería aumentar en 677 millones de euros en la CAPV, esto es, un 20% más.

Y lo peor es que esa realidad que afecta a la educación es aún más grave en el ámbito universitario. En la CAPV se destina a ella el 0,40% del PIB. Muy lejos de lo que ocurre en otros países europeos: En Dinamarca están en el 1,55%, en el Estado francés en el 1,4%, en el Estado español en el 0,82%, en Portugal en el 0,7%... La infrafinanciación de la universidad pública destaca en Europa. Al analizar más de cerca el presupuesto de la UPV/EHU vemos que el peso de los recursos públicos ha ido cediendo en favor del dinero externo. La rectora Ferreira dijo que tenía suficientes fondos públicos, pero también admitió que se veía obligada a pedir más; esto quiere decir que busca dinero privado, no público. Por esa razón abrió el aula de Transición Energética en colaboración con la Fundación Repsol. Ferreira también fue cuestionada por el aula de Farmacología creada junto con la empresa Janssen, y negó que estas multinacionales condicionen los procesos formativos. ¿Quién se puede creer que multinacionales como Repsol o Janssen inviertan en conocimiento e investigación por amor al arte, a cambio de nada?

Este tipo de financiación corrompe la razón de ser de la educación y empeora el servicio ofrecido, además de las condiciones de trabajo. No podemos olvidar que en la última década el poder de compra de las trabajadoras y trabajadores del sector ha sufrido una pérdida del %20, y que tanto docentes como el personal de investigación deben soportar largos años de precariedad hasta llegar a tener unas condiciones de trabajo dignas (lo que provoca una brecha de género aún mayor para las trabajadoras). En sus primeros años de trabajo los ingresos de estas personas apenas superan el salario mínimo, y la eventualidad es habitual, a pesar de trabajar durante años en la docencia.

Además, con el fin de neutralizar las victorias sindicales que buscaban superar la precariedad la universidad ha aprobado nuevos recortes. Es lo que ha ocurrido con las jubilaciones: El pasado mes de diciembre el Rectorado suprimió los acuerdos sobre jubilación. Con esta medida, además de eliminar las primas para quienes se jubilaban, han desaparecido las modalidades de reducción de jornada por edad que existían. Y, más allá de en el empleo y el salario, han incidido también en las condiciones de trabajo del día a día. Por ejemplo, con la excusa de ahorrar energía han apagado la calefacción en plena ola de frío, o se han cerrado, por primera vez en la historia de la universidad, los campus en vacaciones; han introducido también cambios unilaterales en los calendarios del personal.

Por tanto, no estamos de acuerdo con las declaraciones de la Rectora. La UPV/EHU necesita más financiación pública para no depender de la empresa privada y cumplir con sus fines. Otro motivo para ello es que debe respetar las condiciones del alumnado y de las personas que trabajen en ella. Nos merecemos una verdadera universidad pública, al servicio de todas y todos, libre de los intereses de las empresas privadas.