Ley de Educación: dando vueltas a la rotonda

17/11/2023
Pello Igeregi, responsable de Negociación Colectiva y Euskara (ELA)
La Ley de Educación que se va a aprobar en las próximas semanas no busca resolver las deficiencias del sistema educativo, sino que trata de ocultarlos. Las modificaciones del preámbulo pactadas por PNV y PSE-EE no empeoran el texto; únicamente nos muestran que el rey está desnudo.

PNV, EH-Bildu y PSE-EE tienen acordado el tratamiento de las lenguas en los mismo términos en los que estaban fijados hace dos meses, y es así porque los socialistas no han querido cambiar los artículos relacionados con las lenguas; solo se ha renovado el preámbulo. Según ese acuerdo cada escuela deberá elaborar su plan lingüístico para que el conjunto de escolares lleguen al nivel B2, tanto en euskera como en castellano.
La normativa vigente ya decía que todo el alumnado debía tener un conocimiento suficiente de euskera al finalizar sus estudios. ¿Qué medidas ha adoptado el Gobierno Vasco para hacer cumplir ese mandato allí donde el alumnado no alcanzaba ese nivel? Exactamente las mismas que prevé la nueva ley en caso de que los objetivos no se cumplan: ni una. Por tanto, cada centro seguirá abordando el tratamiento de las lenguas como le venga en gana, y condenará a miles de escolares al desconocimiento del euskera. Porque es precisamente esto lo que defiende el PSE-EE, que no hay razón para tener que conocer los dos idiomas oficiales, solo hay que garantizar el conocimiento del castellano. Eso es lo que pidió el PSE-EE y los demás partidos aceptaron. Y lo que es peor, se dará pie a que en muchos colegios aumenten las horas lectivas en castellano e inglés, ya que estas dos lenguas, junto con el euskera, serán lenguas vehiculares, en perjuicio del actual modelo D. El castellano no necesita de más horas lectivas para garantizar su conocimiento: todo el alumnado, cualquiera que sea el modelo en que estudie, ya lo tiene garantizado. Es el euskera la lengua que necesita más horas lectivas; sin embargo, además de que no se van a dar más horas, existe la opción de eliminar las que se imparten actualmente.
El hecho de que en el preámbulo se manifieste que se mantendrán los modelos lingüísticos viene a refrendar lo que ya sabíamos anteriormente: Los planes lingüísticos de los centros son el pretexto para seguir con el sistema lingüístico actual; a partir de ahora el Gobierno Vasco simplemente se esconderá detrás de la autonomía de los centros. Igual que hasta ahora, en el futuro seguirá habiendo, en los centros comprometidos con la normalización de las lenguas, una planificación para asegurar el conocimiento de las dos lenguas oficiales, y no la habrá allí donde no haya voluntad. Por ello, todos los patidos políticos rechazaron desde el primer momento el modelo de inmersión en euskera que garantiza el conocimiento de las dos lenguas oficiales, porque no hay verdadera voluntad para garantizar ese conocimiento.
Igualmente, otros rasgos fundamentales que caracterizan el sistema educativo de la CAPV seguirán inmutables, porque la ley se aprobará para ello, para que lo fundamental no cambie.
Antes de emprender el debate en torno a la ley hicimos una reflexión realista en ELA. Sabemos que es imposible que se dé una transformación radical a corto plazo, pero sí que se puede encaminar el sistema educativo hacia una realidad diferente, siempre que haya voluntad para hacerlo.
¿De qué transformaciones hablamos? De un sistema que solo garantiza el conocimiento del castellano tenemos que pasar a otro en el que también se garantice el conocimiento del euskera; transitar de un sistema dividido en tres redes a un sistema único totalmente público; dejar de lado el curriculum impuesto por España, que está al servicio de las empresas, y optar por uno construido en la sociedad vasca, que tenga por eje a Euskal Herria y este pensado para la clase trabajadora vasca; queremos espacios amplios de autoorganización de la comunidad educativa, estableciendo en todo caso controles eficaces para asegurar que se respetan las condiciones básicas para la cohesión social; debemos fijarnos como meta un sistema que equilibre las desigualdades sociales existentes; que logre un reparto equilibrado de todas las tipologías de alumnado; un sistema educativo que debe disponer, además, de una plantilla suficiente con condiciones de trabajo dignas y estables.
La ley educativa no supondrá avances en esa dirección. Porque el objetivo del Gobierno Vasco es acallar el malestar que existe en la sociedad por la segregación y la falta de euskaldunización; el gobierno pretende aprobar una ley que perpetúe el actual sistema educativo. Nos han invitado a dar una vuelta a la rotonda, para volver al punto de partida. Por eso decimos que los cambios en el preámbulo no han modificado nada; solo sirven para dejar claro lo que ya era conocido, que nada fundamental cambiará.
La ley consta de muchos artículos, pero se puede resumir con las palabras de Eneko Andueza: “La Ley de Educación debe recoger que los modelos lingüísticos se mantendrán. No nos vamos a mover de ahí”. Han decidido mantener no solo los modelos lingüísticos, sino el modelo educativo íntegro; y no se moverán de ahí.
Pero si alguien no se mueve, hay que hacer que se mueva. Por ello ELA seguirá convocando movilizaciones, para mejorar las condiciones de trabajo de las personas que trabajan en educación y la calidad del servicio educativo, además de para reivindicar el sistema educativo con el que soñamos. Las rotondas tienen un problema, que solo tienen salidas a la derecha. En este caso nosotras y nosotros la pondremos mirando a la izquierda.