POLIDEPORTIVO USABAL (TOLOSA)
El Ayuntamiento recoge en los nuevos pliegos recursos suficientes para mejorar las condiciones laborales y el servicio

Tras casi siete meses de huelga, las y los trabajadores del servicio deportivo de Tolosa han decidido desconvocar la huelga y volver al trabajo, mañana, 17 de noviembre. Sin convenio desde el año 2020, comenzaron a negociar su renovación en enero de 2023, cuatro meses después de la incorporación de la empresa gestora BPX. Las y los trabajadores iniciaron la huelga porque las negociaciones estaban totalmente bloqueadas, y pusieron sobre la mesa una propuesta de peticiones esenciales para la plantilla.
Pues bien, tras un largo conflicto, el Ayuntamiento de Tolosa ha rescindido el contrato con la empresa y ha publicado unos nuevos pliegos. Las y los huelguistas de ELA valoran positivamente este hecho, puesto que el Ayuntamiento ha actuado con responsabilidad ante la situación.
Tras la revisión de los nuevos pliegos, el texto recoge recursos económicos suficientes para dignificar y garantizar las condiciones de trabajo e incorpora una serie de mejoras sociales, como por ejemplo, los preparativos de clase se reconocen como horas de trabajo. Por lo tanto, las y los trabajadores de las instalaciones de Usabal, Uzturpe, Beotibar y Berazubi volverán mañana al trabajo.
La plantilla se reincorporarán a sus puestos de trabajo en las condiciones anteriores que tenían con la empresa BPX. Los próximos meses pueden ser complicados, ya que queda por dilucidar cuál será la postura de la empresa. Pero, ante la decisión del Ayuntamiento de publicar la nueva licitación y ante la posibilidad de que se prolongue en el tiempo, los y las huelguistas han decidido volver al trabajo. Aunque existen riesgos: la nueva licitación deberá ser negociada con la empresa que se haga cargo de la gestión, y las condiciones deberán concretarse con la nueva empresa para zanjar adecuadamente el conflicto.
Recordemos que las peticiones de esta huelga han sido las de cualquier otro conflicto, como la recuperación de la pérdida del poder adquisitivo o acabar con la brecha salarial en limpieza. Por ello, la caja de resistencia de ELA ha sido clave para el continuar luchando por las demandas básicas, mejorando así las condiciones de la plantilla y de los servicios.