Brecha salarial, mal pandémico

A través de la división sexual del trabajo se define cuales son los trabajos considerados "masculinos" y "femeninos", infravalorándose además estos últimos. El resultado es que la brecha salarial anual en Hego Euskal Herria supera los 7500 euros, lo que supone un porcentaje de más del 24% de brecha salarial.
Necesitamos de una vez políticas e iniciativas eficaces contra la brecha salarial, medidas que no se queden en el plano formal o en soluciones superficiales. A pesar de que en los últimos años se están produciendo cambios legislativos en la materia (RDL 6/2019, 901/2020 y 902/2020, por ejemplo), las empresas y administraciones siguen siendo generadoras de brecha salarial. Con frecuencia incluso cuesta aplicar la ley en su totalidad, teniendo las medidas y mecanismos formales de igualdad el fin del blanqueo morado en demasiadas ocasiones.
Como primer paso, hay que hacer cumplir las leyes y normas contra la brecha salarial, en las empresas privadas, por supuesto, pero también en las administraciones públicas. De hecho, aquellos que publican leyes y normas de igualdad a menudo reproducen estas desigualdades en su interior.
Estamos en una época donde se está promoviendo la privatización de los servicios públicos, y muchos de los servicios que la administración pública subcontrata, son feminizados y precarizados. Ejemplo de ello son las residencias de ancianos, los servicios de limpieza o los comedores escolares, entre otros. La administración que debería servir de ejemplo se ha convertido, por tanto, en causante de la brecha salarial, mientras a los y las responsables de este tipo de políticas se les llena la boca de palabras sobre igualdad y feminismo.
Desde el sindicato ELA afrontamos diariamente la brecha salarial a través de la negociación colectiva feminista. Se están suscitando conflictos en torno a la brecha salarial en diversos centros y sectores de trabajo y ya hemos tenido varios triunfos. Recientemente, por ejemplo, se ha conseguido eliminar la brecha salarial que existía entre las trabajadoras de la limpieza de las dependencias municipales de Zarautz con respecto a la limpieza viaria (sector masculinizado). Anteriormente hemos tenido otras experiencias similares: en 2019 las trabajadoras de la limpieza subcontratadas por el ayuntamiento de Elorrio consiguieron un incremento salarial del 20,76% tras 5 meses de huelga; el mismo año las limpiadoras de los juzgados y comisarías de Gipuzkoa consiguieron reducir la brecha en un 70% con respecto a la limpieza viaria después de 280 días de huelga, sin olvidarnos del colectivo de limpiadores subcontratados por la UPV y el departamento de Educación, que bajo el lema !mismo trabajo, igual salario! salieron a la calle denunciando la brecha salarial del 13% que sufrían.
Desde el sindicato ELA seguiremos en primera línea en la lucha contra la brecha salarial impulsando huelgas y movilizaciones para organizar a las trabajadoras en los diferentes sectores y centros de trabajo, con el fin de acabar con la brecha salarial. Al mismo tiempo seguiremos exigiendo a las instituciones públicas que ejerzan efectivamente sus responsabilidades y obligaciones, para que pasen de ser cómplices de esta injusticia a implantar y hacer efectivas medidas contra la brecha salarial. Insistiremos hasta que desde las instituciones se lleven a cabo políticas feministas reales; y, al fin y al cabo, hasta acabar con la brecha salarial.