El decreto de servicios mínimos de limpieza de Educación y UPV establece un derecho a la huelga hueco

En la jornada de huelga, las trabajadoras subcontratadas de Educación y UPV denuncian que, tras casi seis años de negociaciones y 60 reuniones celebradas, su situación sigue siendo alarmante: las empresas no les abonan ni la subida salarial recogida en convenio ni el plus jornada partida; continúan sin los EPIs necesarios en los centros de trabajo, desinfectando las aulas COVID-19 sólo con mascarillas quirúrgicas; las bajas siguen sin cubrirse; y se encuentran por debajo del personal que se recoge en las licitaciones, todo ello, a pesar del aumento de su carga de trabajo. Además, a esto se une la situación generada por los servicios mínimos decretados por el Departamento de Trabajo; unos servicios mínimos que, sin bien por primera vez en muchos meses los servicios mínimos decretados para esta jornada de huelga en el plano teórico permiten el ejercicio del derecho a la huelga de las trabajadoras, en la práctica desarrollar todas las tareas con los porcentajes de plantilla decretados es absolutamente imposible.
“¿Es posible que una trabajadora que trabaja 4 horas limpie y desinfecte tres veces los baños, dos veces las aulas, vaciar y limpiar papeleras, desinfectar pomos, puertas, pasamanos, suelos, teléfonos... de toda una facultad? Esto son los servicios mínimos al 30%? Los servicios mínimos acreditan que nuestra carga de trabajo es desmedida. Por último, si los servicios de refuerzo se tienen que realizar al 100% de su jornada, ¿por que este mismo lunes las empresas privadas recortaron el servicio de refuerzo al 50%?”, se preguntan.
Así las cosas, entienden que este derecho es hueco y vacío, ya que, en la práctica, continúan sin poner ninguna solución y perpetuando la precariedad en el sector.
Del mismo modo, denuncian que los servicios mínimos han llegado a escasas 24 horas de las movilizaciones. “Es inaceptable. Sabemos que el único objetivo de esta decisión es desmovilizar al sector, pero no lo van a conseguir”, concluyen.
“Hemos decidido parar. Parar para que se nos escuche y se nos vea por una vez por todas. Somos el servicio fundamental para que los centros educativos y la UPV funcionen con normalidad y queremos que se nos tome en serio. Estamos hartas”, afirman.