El Gobierno vasco elude su responsabilidad de garantizar la trayectoria educativa del alumnado mientras sobrecarga a la plantilla de Educación y a las familias

ELA sostiene que el Gobierno ha querido sacar adelante el sistema educativo de la CAPV a costa de la sobrecarga de trabajo, sobreesfuerzo y precarización de las condiciones del personal docente y del resto de personal educativo, así como del grado de implicación de las familias. “Todo ello como si no fuese responsabilidad del Gobierno dotar de un sistema educativo de calidad, inclusivo, igualitario, euskaldun y garante del desarrollo integral de las personas”, afirman. Algo que, destacan, está quedando en evidencia en esta situación de crisis excepcional donde, para garantizar la trayectoria educativa del alumnado, han puesto toda la carga sobre los trabajadores y las familias, tal como se refleja en las siguientes situaciones que se han vivido las últimas semanas:
- Mientras la implantación inmediata del teletrabajo para garantizar la trayectoria educativa del alumnado ha llevado al profesorado y educadores a asumir una carga de trabajo adicional evidente, el Departamento de Educación ha tomado la decisión de no llevar a cabo todas las sustituciones necesarias desde el primer día.
- En esta situación están aflorando con mayor crudeza las diferencias originarias en función del nivel socioeconómico del alumnado. Mientras dure la suspensión de las clases presenciales, el Departamento de Educación quiere garantizar los estudios on-line, pero no ha puesto a disposición de las familias las medidas efectivas que permitan al alumnado y a las familias superar esta brecha (como habilitar ordenadores y redes de conexión). Aunque parece que comienza a dar algunos pasos en este sentido gracias a la presión social, ha actuado hasta hoy como si el problema fuera de las familias y no de las políticas de recortes de los Gobiernos.
- En un momento en el que el grado de interinidad entre el personal funcionario docente de la enseñanza pública supera el 30%, muchos de estos trabajadores y trabajadoras están trabajando con la carga que les exige la situación actual y atendiendo a las necesidades de conciliación extraordinarias derivadas de la situación excepcional (estancia de los niños y niñas en casa y estudio principalmente desde casa). De esta forma, apenas tienen tiempo para preparar la OPE ya convocada. Sin embargo, el Gobierno Vasco aún no ha tomado ni comunicado ninguna decisión sobre la fecha de celebración de esta oposición prevista en principio para junio. Así las cosas, ELA considera que lo mínimo que se le puede exigir al Departamento de Educación es que los candidatos y candidatas tengan derecho a planificar su proceso de aprendizaje y sus tiempos, así como que sufran el menor daño posible en el inevitable proceso de cambio de fecha.
- En el caso del personal de cocina y limpieza, la importancia que el Gobierno otorga al proceso de euskaldunización de estas trabajadoras, así como la importancia de las condiciones de estos colectivos con condiciones laborales más precarias en la educación pública. De hecho, ha suspendido las liberaciones para aprender Euskera en estos sectores, sin dar la oportunidad de estudiar on line como se ha hecho en otros sectores. Además, ha utilizado esta suspensión para despedir a las sustitutas que estaban ocupando esos puestos.
- El Gobierno vasco está poniendo en peligro la salud y la seguridad del personal de limpieza, obligando a acudir al trabajo a más personal del necesario para garantizar la limpieza de los centros, al estar suspendido el aprendizaje presencial.
ELA afirma que la crisis provocada por el Coronavirus está poniendo de manifiesto la importancia de contar con unos servicios públicos sólidos. Así, recuerdan que en los últimos años los recortes de nuestros servicios públicos en general, y de nuestro sistema educativo en particular, no han ayudado a la hora de afrontar esta crisis de la manera más eficaz. “Y a esto se suma la decisión de someterse a las normas y decisiones establecidas por el Estado español que son absolutamente recentralizadoras, regresivas y restrictivas”, remarca ELA.
Asegura que en esta crisis de salud, los y las trabajadoras de la educación están intentando garantizar la educación de la manera más adecuada posible tanto para el alumnado como para las familias y la sociedad en general, algo que seguirán haciendo, remarcan. “Pero no vamos a permitir que esta crisis se utilice como pretexto para dañar y debilitar nuestro sistema educativo y nuestras condiciones laborales, así como para vaciar el sistema educativo de recursos y derechos”, concluye.