Skolae; instrumento imprescindible para la igualdad

La polémica suscitada por sectores conservadores tiene un claro impulso e interés político, a la vez que, tal y como sucede en algunos casos, una oposición fundamentada desde el integrismo religioso y no desde necesidades pedagógicas encaminadas a educar desde principios de igualdad.
Desde esos principios, principios feministas, son desde los que se debe ir construyendo una educación y una escuela libre de sexismos, machismos, discriminaciones y violencias. Una educación que implemente medidas para romper con un largo registro de conductas, actitudes, contenidos curriculares y muestras continuas de estereotipos de género.
Por ello y bajo esos principios de igualdad, las políticas educativas deberían ser un punto de encuentro, evitando debates estériles que nos desvíen del objetivo común: una Educación de calidad que integre a todas las personas de forma que puedan desarrollarse plenamente, independientemente de su condición económica, social, cultural o de género.
En nuestra opinión, en este momento el debate debería situarse en un terreno más pragmático, en una reflexión sobre cómo se aplica Skolae en los centros.
Es necesario tener en cuenta que son muchos los planes y proyectos que se están impulsando desde diferentes Servicios del Departamento de Educación: planes de convivencia, sistemas de gestión de calidad, planes de atención a la diversidad, planes de mejora de la competencia pedagógica-didáctica, proyectos de innovación, escuelas promotoras de salud, escuelas socioemocionales, escuelas seguras, escuelas sostenibles, escuelas solidarias, formación para la adaptación a nuevas tecnologías, contratos programa, autoevaluaciones del profesorado, etc… Ante esta realidad, la falta de coordinación entre los Servicios del Departamento se traduce a menudo en una carga imposible de gestionar en los centros. Por todo ello, el Departamento de Educación debería situar como tarea una reflexión sobre los planes que se están impulsando para revisar su viabilidad y ajustar prioridades y plazos, si fuera necesario.
Por otro lado, es importante señalar que para que los planes impulsados desde el Departamento tengan éxito es indispensable atender a la autonomía de los centros. Una autonomía, no como la que algunos sectores pretenden para no aplicar el programa, si no entendida como la toma en cuenta de la realidad de cada centro precisamente para que programas como este se implementen en las mejores condiciones.
Es necesario acordar la calendarización, adaptar los plazos, ofertar la formación del profesorado en el propio centro y ofrecer los recursos necesarios según las necesidades educativas de cada centro.
No menos importante es la evaluación. Creemos que es necesario evaluar en qué medida este programa, como instrumento, es efectivo para alcanzar los objetivos que pretende. La implicación del Departamento de Educación con el programa debe también contemplar esa evaluación y el traslado a la comunidad educativa de los criterios, indicadores de logro y resultados de la evaluación.
Por último, es interesante subrayar que Skolae se plantea como reto el compromiso de coordinar la diversidad de agentes locales para llegar más allá de las aulas. Solicitamos al Gobierno de Navarra que extienda los objetivos de Skolae, por ejemplo, a aquellas empresas que colaboran con el Departamento de Educación en la que el alumnado de Formación Profesional cumple parte de su currículo escolar en la FCT (Formación en Centros de Trabajo). En los últimos 25 años poco ha cambiado la elección de estudios en función del género y menos aún las posibilidades de inserción en igualdad de condiciones de las mujeres que eligen oficios tradicionalmente masculinos. En consecuencia, solicitamos al Departamento de Desorrollo Económico que al igual que desde el Departamento de Educación se están marcando unas directrices claras, sean valientes y marquen unos objetivos de obligado cumplimiento en materia de igualdad a las empresas que se benefician de fondos públicos. La implantación de un programa como Skolae parecía imposible, ahora es una realidad. La igualdad entre mujeres y hombres no será real hasta que no se exija su cumplimiento a agentes económicos. ¿Quieren una igualdad real? Tomen medidas concretas, medibles y urgentes. Pueden hacerlo, háganlo, antes de que pasen otros 25 años.