El Gobierno vasco sigue sin proteger la labor de la enfermería

Tras una reunión con los Colegios de Médicos de la Comunidad Autónoma Vasca, el Consejero de Sanidad anunció su intención de recurrir el Decreto sobre prescripción enfermera aprobado en el Consejo de Ministros de 23 de octubre, cuando éste se publique en el Boletín Oficial del Estado.
Sin embargo, la Consejería de Sanidad sigue sin aclarar que va a pasar mientras tanto con las actuaciones que la enfermería lleva adelante a diario, pero que en base a esa regulación no tienen protección legal. Recordamos que con la actual legislación la enfermería no podría realizar las siguientes labores sin orden previa del personal prescriptor:
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La administración de vacunas se realiza sin prescripción médica previa, basándose en la valoración enfermera.
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En los partos las matronas administran medicamentos tras valoración autónoma de la situación de salud (oxitocina).
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En el cuidado de heridas, quemaduras, ulceras, estomas…utilizando medicamentos y productos sanitarios bajo criterio enfermero.
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Las situaciones de emergencias y urgencias llevan a la enfermería en aras de salvar la vida a las personas a tomar decisiones bajo criterio enfermero.
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El control de la anticoagulación en pacientes crónicos en consultas de atención primaria.
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La indicación de la dosis y las pautas de administración de antitérmicos en la consulta de enfermería pediátrica.
La enfermería en Osakidetza y en el resto de centros sanitarios realiza todas estas actuaciones a diario con plena autonomía. De seguir haciéndolo corren el peligro de ser inhabilitados e inhabilitadas. Pero ni Osakidetza ni la Consejería de Sanidad hacen absolutamente nada para regular estas actuaciones.
La Consejería de Sanidad tiene dos opciones, o bien regula de forma autónoma la prescripción de la enfermería, tal y como ha hecho la Junta de Andalucía, u ordena nuevos protocolos de trabajo para que todas las actuaciones descritas tengan supervisión médica. No vale seguir mirando a Madrid, el Consejero de Sanidad debe tomar decisiones de forma inmediata. No es posible tolerar que nuestra enfermería siga trabajando sin protección legal, cuando son las empresas quienes las obligan a trabajar así.
Asimismo, ELA reclama que se forme una mesa con participación de los colegios médicos y de enfemería, junto a los sindicatos para abordar el reparto de funciones entre las diferentes profesiones. Debe haber acuerdos previos para no trasladar los conflictos a los centros.
Por último, ELA quiere denunciar que solicitó una reunión a la Consejería y a Osakidetza el 30 de octubre para tratar esta cuestión y no ha recibido ninguna respuesta. Este tema puede tener consecuencias laborales muy graves y debe abordarse de forma inmediata sin mayor dilación. En ese sentido, la falta de respuesta es una actitud absolutamente antidemocrática de la Consejería.