La OPE de Osakidetza no soluciona la temporalidad del 37,8%
Osakidetza tiene algo más 35.000 trabajadores de los cuales, sólo 19.700 son fijos, lo que equivale a que más de 15.000 trabajadores son temporales. En este contexto, el Sr. Darpón se vanagloriaba ayer de haber convocado la OPE más masiva de los últimos tiempos, una OPE en la que se convocan 3.335 plazas frente a la cifra de 15.000 temporales que prestan servicios en el Ente y que, a su finalización, mantendrá la temporalidad en un 37,8%.
La situación del empleo en Oskidetza es sencillamente escandalosa y equivale a tener a su plantilla en un círculo perverso que obliga los/as trabajadores/as a permanecer como temporales durante años, durante los cuales, se ven obligados a hacer una OPE tras otra hasta que consiguen ser fijos. La situación ha llegado a tal punto que, muchos trabajadores/as llegan a la edad de jubilación siendo temporales.
Al mismo tiempo, juega con las expectativas laborales de la sociedad, que accede masivamente a las OPEs con la esperanza de conseguir una plaza en un contexto en el que tal realidad es francamente improbable. El hecho de que en apenas 4 días se hayan inscrito 30.000 personas es un buen reflejo de esta realidad.
Por si esto fuera poco, Osakidetza juega a su antojo con los/as opositores/as. En esta convocatoria prometió simplificar las Bases y limitar los temarios pero, una vez más, ha hecho todo lo contrario de lo que había dicho. Cuando faltan apenas tres meses para que comiencen los exámenes, todavía no ha publicado las Bases de todas las categorías y aquellas que sí ha hecho públicas, en muchos casos son desastrosas: se han incluido varios temas más que en OPEs anteriores; las versiones en euskera y castellano no coinciden; algunos temas incluidos son inadecuados; el temario y la bibliografía no coinciden; y así un largo etcétera.
El proceso estás siendo tan caótico que, con los exámenes a la vuelta de la esquina, ni siquiera las editoriales han podido adaptar sus temarios a los nuevos requerimientos.
Desde ELA solicitamos a Osakidetza una apuesta real y honesta por la calidad del empleo y la estabilización de las plantillas lo que, sin duda, redundaría también en una mejora de la calidad asistencial que ofrece a la sociedad.