Los hospitales de la CAPV reducirán cientos de camas en agosto
Osakidetza, que cuenta con cerca de 3600 camas disponibles en la CAPV alegando un descenso de la actividad quirúrgica y médica programada, y obras, aplica un cierre estacional de camas en verano, llegando incluso a cerrar camas en determinadas unidades hospitalarias adecuadamente preparadas para el ingreso de pacientes, a la par que en el servicio de urgencias de esos centros se duplican los boxes o los tiempos de espera para ubicar a pacientes pendientes de ingreso, en espera de que haya alguna cama disponible en el hospital.
Algunos datos significativos al respecto: Durante este mes de agosto en el Hospital Santiago de Gasteiz habrá 107 camas cerradas, en Txagorritxo 86, en el hospital Donostia 205, Basurto 168, Cruces 75, Galdakao 108, Gorlitz 36,....falta de disponibilidad de camas que repercute negativamente tanto en los trabajadores y trabajadoras como en los pacientes y sus familias:
.- Amontonamiento de pacientes en urgencias (a veces hasta en los pasillos), situación que empeora sustancialmente la calidad en la atención, tanto de quienes esperan a ser ingresados y sus familiares, como de los que esperan a ser atendidos, generándose colas y esperas de horas de duración difícilmente soportables por la deficiencia de las instalaciones.
.- Presión a los y las profesionales en las plantas para liberar camas, altas de forma precipitada a pacientes que en algunos casos tienen que volver a urgencias para ingresar, engrosando así el volumen de personal que ya se amontona en el servicio.
.- Excesiva demanda asistencial que deben soportar los trabajadores debido tanto a esta rotación de pacientes, como a una ajustadísima dotación de personal, situación que se traduce muchas veces en falta del tiempo necesario para atender adecuadamente a las y los enfermos sus familias que al no ver sus necesidades satisfechas mínimamente y en el tiempo esperado, vuelcan sobre el personal su insatisfacción en forma de agresiones, habitualmente, verbales.
.- Aumento de las listas de espera tanto médicas como quirúrgicas. (actualmente 6-8 meses según especialidades), siendo denunciable que, en un intento de reducir estas listas, mientras se cierran unidades, se mantiene la auto-concertación de los servicios tanto médicos como quirúrgicos en los meses de verano, pagando con dinero público los trabajos de fuera de jornada laboral a algunos de los propios trabajadores de la red.
ELA denuncia que estas medidas de Osakidetza atentan contra los derechos de la ciudadanía, de los y las trabajadoras del sistema, y deterioran tanto la calidad de los propios servicios como la imagen de nuestro servicio publico de salud, y pregunta: ¿Quién se beneficia con estas medidas y con esta estrategia que redunda en el empeoramiento de la calidad del servicio, en detrimento del servicio publico sanitario?