XENOFOBIA
ELA denuncia las últimas manifestaciones xenófobas “de marcado carácter fascista”

El 3 de julio atacaron una mezquita en Bilbao, la mezquita Badr, ubicada en la calle Fika; en barrios de Donostia, como Martutene o Egia, han aparecido mensajes de tinte fascista en contra de la inmigración y apelando a la seguridad; y durante estos San Fermines, en Iruñea, han aparecido pancartas anti inmigración en las inmediaciones de la plaza de toros.
Los argumentos a los que se apela a la hora de realizar este tipo de discursos son la seguridad ciudadana, los riesgos que trae la inmigración, etc. Sin embargo, ELA considera que no hay un problema con la seguridad o con la inmigración, sino con las políticas antisociales que no están cubriendo las necesidades más básicas de la gente más vulnerable. “Problemas como el de la vivienda, el aumento de la inflación o el reparto injusto de la riqueza están haciendo que algunas personas busquen desesperadamente `un chivo expiatorio´, es decir, alguien a quien echarle la culpa de los problemas. Ese chivo son, una vez más, las personas migrantes”, lamenta.
El sindicato recuerda que en 2023, el 64% de los delitos de odio registrados en la CAV fueron racistas o xenófobos, y que, aunque en 2024 ha habido un descenso, aún hoy, los delitos de odio registrados se encuentran 3 veces por encima de los valores previos a la pandemia.
ELA afirma que estos acontecimientos coinciden en el tiempo con el debate sobre las personas menores no acompañadas.
“El número creciente de llegada de menores no acompañadas es consecuencia de un sistema económico en el que rigen los intereses de las empresas transnacionales y se vulneran los derechos humanos, económicos, sociales, culturales y medioambientales en los países empobrecidos, lo que obliga a migrar a millones de personas”, denuncia el sindicato. Añade que es fruto del fracaso de las políticas migratorias del Estado Español y de la UE.
ELA recoge las palabras de Ana Elena Altuna, de Ongietorri Errefuxiatuak, quien afirma que “era previsible que llegasen tantas personas a territorio canario, pero deliberadamente no se hace nada para que cuando lleguen dé la sensación de que llega una oleada de gente y cunda el pánico”. Además, explica Ana Elena, esas personas menores no viajan solas, sino que lo hacen separadas de sus familias (vienen en tandas), por lo que si se pusiesen más medios para facilitar la reunificación familiar se reduciría el número bajo custodia administrativa.
A ELA le preocupa que las manifestaciones o expresiones anti-inmigración vayan en aumento y que las fuerzas de ultra derecha lo utilicen para ganar votos, tal y como está ocurriendo en otros países de la UE.
Por ello, apuesta por cambiar radicalmente las políticas de inmigración, vivienda, prestaciones sociales, etc. “Necesitamos un escudo social fuerte que cubra las necesidades más esenciales de las personas”, concluye.