El Senado español ratifica el CETA

03/11/2017
El pasado 27 de octubre, tras la aprobación del artículo 155 contra Cataluña, el Senado ratificó el acuerdo comercial y de inversión UE-Canadá, también conocido como CETA. Esta ratificación implica que el CETA entre en vigor de forma definitiva, después del voto favorable en el Congreso de los Diputados del pasado 29 de junio. Como en aquella ocasión los votos favorables han correspondido a PP, C’s, y PNV, absteniéndose el PSOE y votando en contra EH-Bildu, Unidos Podemos-En Comú-Podem y En Marea. ERC se ausentó de la votación, así como 3 de los 4 senadores del PDECat.

El CETA tiene aún un largo trayecto para su aprobación definitiva por el conjunto de los países europeos, que deben ratificarlo en sus parlamentos estatales para que sea formalmente aceptado. Hasta el momento, además de España, lo han hecho Estonia, Letonia, Malta, República Checa, Dinamarca y Portugal. No obstante, el CETA se lleva aplicando de forma provisional desde el 21 de septiembre, pese a que se esté pendiente de un dictamen del Tribunal de Justicia de la Unión Europea para conocer si este tratado es compatible con el Derecho comunitario.

Lo fundamental es que la ciudadanía sepa que este tratado no es un hecho puntual, sino que supone un paso más en la trayectoria neoliberal de la UE con el fin de situar los intereses y beneficios de las grandes corporaciones e inversores por encima de los derechos sociales, laborales, culturales y medio ambientales del conjunto de la ciudadanía. Como muestra de ello están todos los acuerdos que actualmente la UE negocia con Mercosur, Japón, países de la ASEAN, Australia, Nueva Zelanda, varios países del África Occidental, Central, Oriental y Meridional, países del Foro del Caribe y países del Pacífico, así como actualizando otros acuerdos existentes como el de México o Túnez. Tampoco debemos olvidarnos del TTIP, cuyo destino aún desconocemos, ni del TISA, que se está negociando entre 50 países de la OCDE y pone en peligro los servicios públicos.

En cambio, debemos poner el foco en todas las diferentes alternativas que se están lanzando para frenar la impunidad de las transnacionales como el Tratado Internacional de los Pueblos.