ELA convoca huelga en Aita Menni para los días 16, 17 y 18 de diciembre
En la reunión mantenida con la empresa el 29 de noviembre la dirección ofreció contenidos peores que los propuestos en ocasiones anteriores. Por ejemplo, planteó perder poder adquisitivo para el año 2022. Dicen que no hay dinero para invertir en personal, pero mientras tanto invierten más de 20 millones en edificios nuevos. Todo ello con dinero público, no lo olvidemos. Las trabajadoras también han solicitado una reunión al Departamento de Salud del Gobierno Vasco sin recibir respuesta alguna. Ni se las escucha, ni se las valora.
La situación es límite en Aita Menni. Los pacientes que atienden estas trabajadoras tienen necesidades especiales y muchas veces van con miedo al trabajo, porque sufren múltiples agresiones físicas. Los golpes, arañazos o empujones son frecuentes. Además, ante la falta de personal, estas trabajadoras muchas veces están solas en los momentos de las agresiones. En los últimos meses, por ejemplo, cuatro compañeras han causado baja a raíz de esas agresiones.
Las trabajadoras no disponen de tiempo suficiente para atender a los pacientes y en los últimos años se ha reducido el número de trabajadoras. En muchas ocasiones no se cubren las bajas o incidencias. Por la noche sólo hay una persona para atender a 43 pacientes de diferentes patologías; solo hay una enfermera y un médico para todo el hospital. Debido a la gran carga de trabajo en ciertas unidades, otras compañeras de otras unidades deben dejar las suyas y ayudar, dejando solos a los pacientes. Respecto al personal de enfermería, muchas tienen que cubrir más de una unidad a lo largo del día porque no hay enfermeras. La pandemia ha agravado el problema de la falta de personal y la empresa sigue sin responsabilizarse.
Por otra parte, la plantilla quiere denunciar que Aita Menni cuenta con la Unidad de Psiquiatría Legal. Atienden a pacientes que tienen condenas y necesitan asistencia médica. Hay pacientes con delitos de sangre y las trabajadoras a menudo se encuentran desprotegidas. Pasan de una unidad a otra y muchas veces no hay suficientes medidas de protección.
La receta de la dirección es clara: recortar gastos lo máximo posible, apostar por la eventualidad y la precariedad. Hay muchas trabajadoras que llevan incluso 10 años trabajando en el hospital con contratos eventuales. Es vital reducir la eventual y que el personal tenga estabilidad laboral. Como consecuencia de la alta tasa de eventualidad, muchas compañeras están yendo a trabajar a Osakidetza en busca de mejores condiciones laborales. Una auxiliar de enfermería que trabaja en Osakidetza gana unos 3.000 euros más al año.