El acuerdo de transferencias muestra la falta de autogobierno y de pulso político del Gobierno Vasco

09/07/2020
El acuerdo firmado el 25 de junio por el Gobierno español y el Gobierno Vasco para transferir tres competencias de muy escasa envergadura (ayudas a la jubilación por ERE, normas de productos farmacéuticos y prestaciones de seguro escolar), deja en evidencia el lamentable estado de la capacidad de autogobierno de la CAPV.

El Estatuto de Autonomía de Gernika se firmó en 1979. Han pasado 41 años desde entonces, y ni siquiera se han transferido a la Comunidad Autónoma del País Vasco las competencias en su día acordadas. A ello hay que añadir:

  • El proceso de centralización que se viene aplicando en el estado español desde hace varias décadas. El propio Gobierno Vasco ha señalado esta legislatura, en los informes presentados para los trabajos de la Comisión de Autogobierno, que en las materias transferidas las instituciones vascas se han convertido en meros ejecutores de las decisiones tomadas en Madrid, debido a la utilización abusiva de procedimientos como las leyes de bases o la actuación partidista del Tribunal Constitucional.

  • La falta de instrumentos del propio Estatuto de Autonomía para que las decisiones sobre cuestiones centrales para la clase trabajadora, como los derechos laborales, la negociación colectiva, las políticas de empleo o las prestaciones por desempleo y las pensiones se tomasen en nuestro territorio hacían del Estatuto un marco muy limitado para la clase trabajadora.

Una vez más, la legislatura se cierra sin ningún avance en materia competencial. La Comisión de Autogobierno no ha supuesto ningún avance real. Cerrar la legislatura el día que se abre la campaña electoral con un acuerdo como el firmado el pasado 25 es la mejor descripción de la falta de pulso político del Gobierno Vasco y del intento de trasladar a la sociedad el espejismo de la bilateralidad. Como se ha visto en la gestión de la Covid-19, el Gobierno español decide y las instiuciones vascas ejecutan.