La brecha no es solo de salarios
El Ministerio de Trabajo publicaba recientemente una estadística sobre la cuantía de las indemnizaciones en los despidos. Evidentemente, esta estadística solo contabiliza los despidos (ya sean objetivos o disciplinarios) y deja fuera todos los casos en los que se cesa en el trabajo por no renovar un contrato temporal, o los contratos a través de ETTs, contratos de prácticas, etc.
Con esto, en 2018 esta estadística contabiliza 30.870 despidos en Hego Euskal Herria (24.229 en la CAPV y 6.641 en Navarra). Más allá de que esta cifra sea o no significativa en cuanto al número de despidos, lo que sí muestra una realidad son las cuantías medias de las indemnizaciones según el tipo de contrato o el sexo.
La cantidad media indemnizada por un contrato indefinido a tiempo completo fue de 21.185 euros, mientras que la cantidad media indemnizada por un contrato indefinido a tiempo parcial fue de 4.038 euros. Esta es otra de las consecuencias de la parcialidad, donde las mujeres tienen 8 de cada 10 empleos a jornada parcial.
Si el contrato es temporal, la indemnización media a tiempo completo fue de 1.611 euros, y si la jornada es parcial de 742 euros.
La brecha entre hombres y mujeres también también se refleja en los despidos. Las mujeres cobran una indemnización un 32,7% más baja que los hombre de media, es decir, un tercio menos.
Por otro lado, quienes tienen una nacionalidad extranjera cobran de media un tercio de la indemnización de quienes tienen una nacionalidad estatal.
Estos datos muestran que la precariedad estructural de las mujeres, de quienes tienen una nacionalidad extranjera o de quienes tienen un contrato precario va mucho más allá del salario y las condiciones de trabajo.