La Diputación de Bizkaia baja los impuestos a los beneficios de las empresas, lo contrario de lo que hay que hacer

16/06/2020
Las Juntas Generales de Bizkaia aprobaron la semana pasada una serie de medidas fiscales. La más importante de todas ellas fue la rebaja del Impuesto sobre Sociedades que deben pagar las empresas por los beneficios obtenidos en 2019. Esta es una medida injusta, insolidaria y va en la dirección contraria a lo que hay que hacer en este momento.

Este tipo de decisiones van a tener repercusiones futuras a través de recortes sociales. La Diputación de Bizkaia, que ya aprobó en pleno confinamiento una rebaja de los impuestos para millonarios gestores de fondos, ha decidido perdonar una parte de los impuestos que deberían pagar ahora las empresas por los beneficios obtenidos el año pasado. Es un regalo que ni siquiera ha pedido la patronal, y se enmarca en la lógica de hacer de este territorio un espacio low cost fiscal para las rentas altas, las empresas y el capital.

 

Para ELA lo aprobado es una muestra de la hipocresía de los dirigentes de Bizkaia: Un día dicen que no es momento de hacer reformas fiscales, pero corren a bajar los impuestos a los beneficios de las empresas. Otro día dicen que es muy importante la armonización fiscal, pero vuelan para bajar los impuestos a las empresas y al capital. Es urgente que las decisiones sobre los impuestos concertados se tomen en el Parlamento Vasco, y no en unas Diputaciones que no tienen ningún mecanismo de transparencia ni participación social.

 

Si no hay una reforma fiscal que aumente los impuestos, la caída de la recaudación prevista para este año, de unos 3.000 millones en la CAPV, va a acarrear fuertes recortes sociales. Estos recortes se van a producir de inmediato, o quizás se retrasen algo en el caso de que las instituciones vascas se vayan a endeudar. Estamos en la misma situación que tras la crisis de 2008, en la que el déficit aumentó debido a la caída de la recaudación, y la deuda que se generó se convirtió en recortes de todo tipo en ámbitos como la sanidad, la educación, los servicios sociales o las prestaciones sociales. Por todo ello, es evidente que la rebaja del impuesto a pagar por las empresas por los beneficios del año pasado va justo en la dirección contraria a lo que se necesita para dar una salida justa a la crisis actual.