La recaudación por el impuesto de sociedades sigue perdiendo peso en la economía

Los datos de 2021 de la recaudación por impuestos concertados de la CAPV recogen una recaudación total de 15.963 millones de euros, lo que supone un aumento de un 14,4% respecto al año 2020, en el que se recaudaron 13.949 millones. El incremento se ha producido prácticamente en todos los impuestos. El que más ha subido es el IVA con un 21,2%, gracias al aumento del consumo de la población. Los impuestos directos han crecido un 8,9%, entre los que se encuentra el impuesto de sociedades que ha aumentado un 10,8%, una cifra que queda muy por debajo de la reducción que tuvo el año pasado (-20%). La recaudación del IRPF ha crecido en 8,2% y concretamente, el de las rentas de trabajo, un 6,1%.
Aunque solemos realizar la comparación con el año previo, resulta más interesante realizar el análisis respecto al año 2019, de este modo es posible ver las consecuencias que ha tenido la pandemia en lo respectivo a la recaudación. La recaudación total se ha recuperado completamente el último año, ya que ha sido 3,2% superior al año previo de la pandemia. Mientras que los impuestos directos han crecido un 4,4%, los indirectos lo han hecho un 2,3%. Entre los primeros, las rentas de trabajo, han aportado un 6,2% más; sin embargo, los ingresos por el impuesto de sociedadesse han reducido un 11,4%.
Recordemos que la crisis de 2008 tuvo las mismas consecuencias en la recaudación del impuesto de sociedades, aquella vez lo aportado por las empresas se redujo a la mitad entre 2007 y 2010. Los años posteriores, a pesar del periodo expansivo de la economía y del gran aumento de los beneficios de las empresas, la recaudación por este impuesto no varió. En 2010 y en 2020, la recaudación por este impuesto fue la misma. Esta vez, es cierto que ha habido cierta recuperación de lo aportado por las empresas en 2021; sin embargo, también es cierto que la recaudación por el impuesto de sociedades se encuentra en mínimos en relación al PIB.
Por tanto, seguimos con la misma tendencia de las décadas anteriores: las rentas de trabajo y el IVA aportan cada vez más y las rentas de capital cada vez pagan menos impuestos. Ante este escenario, ELA se reafirma en las distintas propuestas que ha puesto encima de la mesa en los últimos años. Es necesario una reforma fiscal que incorpore, un notable incremento de los impuestos a pagar por los beneficios de las empresas, por la riqueza y por las rentas altas, en la línea de las propuestas realizadas por el sindicato en mayo del 2020. En las cuales se proponía, entre otras cuestiones, un aumento de los tipos impositivos a las rentas altas en el IRPF; eliminar las deducciones e incentivos fiscales y que el tipo efectivo sea del 25% sobre los beneficios del ejercicio; y establecer un recargo específico que sea progresivo y se sitúe entre el 1% y el 10% en el patrimonio.