Las leyes del Gobierno Vasco consolidan los recortes

15/02/2019
En opinión de ELA, las fuerzas progresistas deberían rechazar los presupuestos y las leyes que avalan las políticas neoliberales y los recortes. Algo que no sucedió en el pleno del Parlamento Vasco celebrado el 14 de febrero en el que se debatieron los tres Proyectos de Ley presentados por el Gobierno de Urkullu. La izquierda debe poner encima de la mesa y razonar propuestas alternativas a las del Gobierno, como el reconocimiento del derecho a la negociación colectiva y la recuperación del poder adquisitivo de los salarios en el sector público, o apoyar iniciativas como la ILP contra la pobreza y la exclusión social presentada por la Carta de Derechos Sociales de Euskal Herria. PNV, PSE y PP vetaron que esa ILP se tramitara.

Tras la retirada del proyecto de Ley de Medidas Presupuestarias, el Gobierno Vasco aprobó tres proyectos de Ley, sin modificar el contenido, para someterlos a votación sin posibilidad de enmiendas, lo que impedía todo cambio.

En el pleno que tuvo lugar el 14 de febrero en el Parlamento Vasco, los tres Proyectos de Ley fueron aprobados. Elkarrekin Podemos había manifestado que iba a abstenerse en los relativo a las retribuciones del personal de la administración y al de la RGI, por lo que ambos proyectos tenían garantizada su aprobación. EH Bildu decidió no participar en la votación, lo que en la práctica equivale a la abstención y la consiguiente aprobación de los tres proyectos.

ELA reitera que la aprobación de los Proyectos de Ley supone una continuidad con la política presupuestaria de recortes del Gobierno Vasco:

  • La subida salarial del 2,25% no se ha acordado en ninguna mesa de negociación del ámbito del Gobierno Vasco. Se trata de una nueva imposición, vulnerando el derecho a la negociación colectiva del personal al servicio de la administración. Esa propuesta “copia y pega” el contenido que Sánchez plantea y lo hace, además, en la escala más baja de lo que recoge la norma básica. Incluso es inferior al Proyecto de Presupuestos presentado por el Gobierno Vasco, que contemplaba una aportación a Itzarri del 1,5 % (0,5 más que el actual) y diferentes partidas presupuestarias como, por ejemplo, la dedicada al desarrollo profesional de Osakidetza. Hay que recordar que los salarios de quienes trabajan para el Gobierno Vasco han sufrido una pérdida de poder adquisitivo de más del 13% en los últimos años.
  • En relación a la RGI, ELA denuncia que desde 2012 el Gobierno Vasco incumple sistemáticamente la Ley de 2008, estableciendo vía presupuestos cuantías de la RGI muy por debajo de las que se marcan en esa Ley. La cuantía de la RGI en 2019 debería ser de 924 euros (1.050 en el caso de las personas pensionistas). Lo aprobado fija la cuantía de la RGI un 28% por debajo de lo establecido en la Ley de 2008.
  • En relación a la Educación, el proyecto de presupuestos mantenía una escasa dotación presupuestaria que nos situaba a la cola europea en la parte de la riqueza destinada a gasto público en Educación. La aprobación de un aumento de las cuantías de los Conciertos Educativos ya previstas en el Proyecto de Presupuestos o el exiguo aumento que se propone para la Universidad Pública consolida esa situación; es más, la agrava, en la medida en que las dotaciones económicas a la escuela pública ni siquiera tienen el escaso aumento recogido en los presupuestos.

En opinión de ELA, las fuerzas progresistas deberían rechazar los presupuestos y las leyes que avalan las políticas neoliberales y los recortes. La izquierda debe poner encima de la mesa y razonar propuestas alternativas a las del Gobierno, como el reconocimiento del derecho a la negociación colectiva y la recuperación del poder adquisitivo de los salarios en el sector público, o apoyar iniciativas como la ILP contra la pobreza y la exclusión social presentada por la Carta de Derechos Sociales de Euskal Herria. PNV, PSE y PP vetaron que esa ILP se tramitara, sin importarles que estuviera avalada por 51.000 personas. La izquierda política debería buscar una conexión con los movimientos sociales y el movimiento sindical, pero desgraciadamente no ha querido hacerlo.

ELA considera obligado dar centralidad al objetivo de romper con la regla de gasto y plantear la necesidad de un cambio radical de la fiscalidad, que permita financiar las necesidades sociales existentes.

Nos parece que la decisión de Elkarrekin Podemos de abstenerse no es coherente con estos objetivos. Lo mismo se puede decir de la no participación de EH Bildu en la votación. Hacer oposición requiere voluntad y debate ideológico si no queremos que la derecha hegemonice todos los debates. La posición de las fuerzas citadas refuerza, además, el objetivo del Gobierno Vasco de monopolizar la propuesta política en el Parlamento, tal como se ha podido comprobar cuando ha despreciado la ILP.