Las petroleras trampean la rebaja de los 20 céntimos

El precio de los carburantes está disparado. Ya no es noticia porque lleva así unos meses, pero el miedo a llenar el depósito del coche cada vez que baja la aguja no se pasa.

La única medida que se ha tomado al respecto ha sido subvencionar con 20 céntimos el litro de combustible (de los cuales 15 son a costa del erario público y 5 a costa de las petroleras).

Además, desde que a comienzos de marzo el Presidente Sánchez anunciase que se iban a tomar medidas por el enome crecimiento del precio de los carburantes, hasta que realmente se tomaron, el precio del gasoil (según el observatorio del Ministerio de Fomento) aumentó en 25 céntimos. En ese mismo periodo de tiempo, el precio del barril de Brent disminuyó un 8,7%.

Esto es, las petroleras inflaron el precio del combustible (pese a que el precio del barril estaba bajando) de 1,58 euros el litro a 1,87 euros, de forma que cuando llegó la rebaja de los 20 céntimos, la rebaja del precio quedo totalmente anulada. Desde entonces el precio del combustible está más o menos estable.

La dependencia a los carburantes es absoluta. Que la única medida que se haya tomado haya sido una rebaja lineal que las petroleras han eludido subiendo previamente el precio es intolerable. La supuesta rebaja afecta por igual a Ana Botín o a quien no tiene para llegar a fin de mes, es injusto de partida. Pero aún peor es que a las petroleras se les permita trampear la rebaja. No se ha tomado ninguna medida en contra de los intereses de las petroleras, pese a sus beneficios multimillonarios.