Ningún giro a la izquierda

17/12/2019
Los presupuestos que se suponía que estaban caracterizados por ser unos presupuestos distintos con enfoque de género y sostenibles desde la perspectiva del cambio climático han resultado ser mera propaganda.

Después del análisis realizado, podemos concluir que el proyecto de presupuestos del Gobierno Vasco para 2020 es continuista respecto a años anteriores y que el cambio que propugnaban desde el Ejecutivo no se ve reflejado de ninguna manera en las partidas analizadas. El propio Pedro Azpiazu, a cuenta de un escrito en el que se le pedía una precisión de la tabla de análisis de la relevancia del género de los programas presupuestarios, reconocía que “no se han hecho con el detalle de informes anteriores, principalmente porque hay pocas variaciones”. Se trata de un proyecto que además profundiza aún más en una lógica neoliberal y antisocial que está sustentado en una política fiscal que favorece al capital y nos hace vulnerables respecto al ciclo económico y a la necesidad de endeudamiento.

 

El Departamento de Hacienda cifra en 1.241 millones de euros las actuaciones dirigidas a reducir la brecha salarial, a combatir la violencia contra las mujeres y a trabajar en pro de la igualdad. Aunque la cifra indicada supone el 10,5% del presupuesto total, el Gobierno Vasco ha pretendido dar la impresión de que el porcentaje es mayor, en concreto de un 19,5%, manipulando así la información. De los citados 1.241 millones, el Ejecutivo de Lakua reconoce que 911 millones no están realmente diseñados con perspectiva de género, al decir que son partidas para “actuaciones que posibiliten que en un futuro esas actuaciones sí estén diseñadas con perspectiva de género”.

Además, el proyecto de presupuestos perpetúa las desigualdades entre hombres y mujeres, ya que son éstas quienes en mayor medida sufren las consecuencias de la insuficiencia del sistema de protección social, teniendo que asumir los trabajos de cuidados (que se agravan por ejemplo, por las carencias de los sistemas de dependencia, los problemas del sistema sanitario, etc). Asimismo las mujeres sufren más pobreza que los hombres, con lo que profundizar en los recortes de las prestaciones sociales les afectan más.

 

Los aspectos principales que podemos destacar de los presupuestos son:

 

  • En términos totales el presupuesto del Gobierno Vasco es de 11.774 millones de euros, 306,7 millones menos que la previsión de cierre de 2019. Por lo que el presupuesto se reduce un 2,54% respecto a 2019.

  • El peso del Gobierno Vasco en la economía se ha reducido enormemente en los últimos años. La parte de la riqueza en términos económicos que se destina a sufragar las funciones propias del Gobierno Vasco habrá pasado del 15,6% en 2009 a tan solo el 13% del PIB en 2020.

  • El peso del gasto público destinado a Sanidad y Educación sigue cayendo. Estamos a la cola europea en cuanto a la parte de la riqueza que se destina a estas materias. Para equipararnos a la media europea habría que aumentar el presupuesto de 2020 casi un 50% en Salud y un 23% en Educación.

  • El proyecto de presupuestos sigue recogiendo la aplicación de importantes recortes en la cuantía de la RGI, así como una escasísima dotación de las políticas de vivienda.

 

Existe una unanimidad en el discurso a la hora de plantear la necesidad de que, para hacer frente a esta situación, el sector público debe tomar un papel primordial. Se requiere un cambio sustancial de estas políticas, incluyendo, lógicamente, las presupuestarias y las fiscales. Sin embargo, el Gobierno Vasco elude en este proyecto esa realidad, optando por presentar un proyecto de presupuesto que no sirve para dar respuesta a las necesidades sociales. Además, se puede calificar esta política de irresponsable, ya que va a agravar a sabiendas los efectos de una desaceleración económica en la que ya nos encontramos.

 

Las organizaciones sindicales, sociales y políticas que queremos transformar radicalmente la realidad en la que nos encontramos tenemos que mostrar nuestra oposición a estos presupuestos, recalcando su carácter antisocial y neoliberal. Asimismo, tenemos que poner encima de la mesa nuestras alternativas y movilizar a la sociedad, como estamos haciendo con la Tabla Reivindicativa que hemos presentado de cara a la huelga general del 30 de enero.

 

Si en vez de eso hay fuerzas políticas (como parece ser el caso este año de Podemos) que aceptan el marco ideológico y presupuestario del gobierno (renuncia a obtener más recursos a través de una reforma fiscal, prioridad del pago de la deuda, límites presupuestarios de la Ley de Estabilidad Presupuestaria y Financiera, como la regla de gasto,..) el papel de esas fuerzas (se les permitirá decidir el destino de unos pocos millones de euros de un presupuesto de más de 11.000 millones) se convierte en dar un barniz social a una política que mantiene intacta sus esencias, como ha quedado reflejado en este informe. Actuar de esa manera supone ser asimilado por el sistema.