No es rescate sino empujón al precipicio
El sábado 9 de junio de 2012 se produjo una reunión del eurogrupo, mediante
videoconferencia, en la que el gobierno español anunció que, “en el corto
plazo” (periodo sin especificar), iba a solicitar un préstamo de una gran
cantidad de dinero. La petición y las condiciones están por tanto pendientes de
concretar.
El comunicado del eurogrupo señala que el volumen del préstamo será de
100.000 millones de euros, una cifra que supera el déficit público que tuvieron
en 2011 todas las instituciones del estado español juntas. Esta cifra equivale,
aproximadamente, al 10% del PIB.
Es un préstamo al gobierno, no un préstamo a la banca. El dinero lo
recibirá el Fondo para la Reestructuración Ordenada de las instituciones
bancarias (FROB), que es un Fondo del Gobierno español. El FROB (el
Gobierno) recibirá los fondos, y será el gobierno el que los tenga que devolver,
pagando un interés.
Quien tiene que devolver el crédito es el gobierno, no la banca. El
comunicado del eurogrupo es claro, e indica que “el Gobierno español
conservará la plena responsabilidad de la ayuda financiera y firmará el
Memorando de Entendimiento”. En este memorando se recogerán las
condiciones y compromisos que deberá adquirir el gobierno.
El gobierno dará esta ingente cantidad de dinero público a la banca.
No se lo va a prestar sino que se lo va a dar, como se ha anunciado en el caso
de Bankia. Es obvio que el gobierno no va a ganar dinero, sino que va a perder,
y mucho. Lo que no se sabe es cuánto. En el caso de Bankia el gobierno piensa
darle 23.500 millones de euros, destinados a adquirir capital del Banco. El
objetivo de esta operación es sanear el banco y volver a privatizarlo, y lo
razonable es pensar que la la futura privatización (en caso de que la entidad
sobreviva) se haga a precio de saldo. Es lo que ocurrirá en todos los casos.
Es un trasvase de renta a la banca que va a suponer más paro y más
recortes sociales. ELA rechaza la utilización de términos engañosos como
“rescate” o “financiación europea a condiciones muy ventajosas”:
- Las operaciones aplicadas con Grecia, Irlanda o Portugal no han sido
ningún rescate, sino un empujón al precipicio. Y eso es lo que ocurre
ahora con el Estado espmkañol. En los cuatro casos ocurre lo mismo:
préstamos al gobierno para ponerlos en manos no del pueblo, sino de
empresas privadas de distinta índole. En todos los casos una parte
importante de ese dinero se da directamente a la banca, como ocurre
ahora con el estado español. - La financiación no va a ser en condiciones muy ventajosas. Según las
filtraciones, el tipo de interés será de entre el 3 y el 3,5%, muy superior
al 1% al que el Banco Central Europeo ha estado prestando a las
entidades financieras de la Unión Europea. - Se van a intensificar las políticas de ajuste y recortes, con el consiguiente
aumento del paro y de la desprotección social. Esta operación va a
suponer más déficit y deuda pública. Teniendo en cuenta las políticas
acordadas por los gobiernos para reducir el déficit y la deuda pública,
destinar recursos a la banca reducirá los recursos económicos destinados
a otras cuestiones, como la sanidad, la educación, las prestaciones
sociales, etc. Es decir, se va a dar dinero a la banca para quitarlo de lo
que la gente necesita.
No es verdad que no vayan a imponerse condiciones de política
presupuestaria o de recortes sociales:
- Además de que el gobierno devuelva el crédito con sus correspondientes
intereses, cuando se firme el préstamo se le impondrá condiciones sobre
sus políticas públicas. Hoy todavía no se conocen estas condiciones. El
gobierno insiste en que solo afectarán a los bancos. Esto no hay quien se
lo crea. Lo ha dicho el ministro de finanzas de Alemania: lo que se exija
a la banca será una parte de las condiciones, pero habrá más. El
gobierno ha mentido continuamente en este proceso y lo sigue haciendo
ahora (por ejemplo, Rajoy decía hace apenas un mes que no iba a haber
ni un euro de dinero público para la banca, o hace diez días negaba que
iba a pedir dinero a la Unión Europea). - El comunicado del eurogrupo indica que “se vigilará de cerca y de forma
periódica el progreso en estas áreas, al mismo tiempo que se
proporcione la ayuda financiera.” Las áreas a las que se refiere son la
política presupuestaria, corregir los desequilibrios macroeconómicos o las
reformas estructurales. Es decir, el eurogrupo relaciona claramente ir
entregando el dinero el gobierno a que éste aplique las políticas de
recortes de derechos laborales y sociales. Igual que ha ocurrido hasta
ahora en Grecia, Portugal o Irlanda. - Un ejemplo de la condicionalidad de estas políticas lo tenemos en las
recomendaciones del Consejo Europeo al gobierno español, aprobadas el
pasado 30 de mayo, que, entre otras cuestiones, instan a la reducción
adicional del déficit público, a reducir las cotizaciones sociales y
aumentar el IVA y otros impuestos indirectos, a adelantar el retraso de la
edad de jubilación a los 67 años y tomar nuevas medidas de recorte de
las pensiones. Sin duda, el acuerdo futuro contemplará la
“obligatoriedad” de aprobar este tipo de recomendaciones. - El Fondo Monetario Internacional tendrá un papel de supervisión, lo que
avala que las políticas van a tener efectos nefastos para la población. El
comunicado del eurogrupo recoge que “Invitamos al FMI a apoyar la
aplicación y la supervisión de la ayuda financiera mediante informes
periódicos”. Esto supone dar un papel de control al FMI, lo que está
relacionado con la condicionalidad de las políticas.
No va a suponer más crédito, sino la cobertura de agujeros
gigantescos de las actuales entidades financieras. Con todas las
reformas hasta ahora aprobadas para el sector financiero se ha dicho que
pretendían favorecer que el crédito fluya a las empresas y a las familias. Nada
de eso ha ocurrido. Y tampoco pasará ahora. Las entidades financieras tienen
unos agujeros enormes, cuyas cifras reales se desconocen, y el dinero que
meterá el gobierno es para tapar los agujeros. Basta recordar que entre
diciembre y febrero el Banco Central Europeo ha prestado más de 200.000
millones de euros a la banca del estado español, a tres años, sin que por ello
haya aumentado el crédito.
Existe un acuerdo político de fondo para aplicar estas políticas y
desinformar a la sociedad. Se nos ofrece una gran avalancha de
información, pero con muy pocos datos sobre lo que realmente se ha aprobado.
Se manipula el lenguaje. Con independencia de quién esté en el gobierno, las
políticas aplicadas han ido en la misma dirección. La duda que surge es si habrá
una formalización de un nuevo Pacto de Estado para dar cobertura a este
saqueo contra la mayoría de la población.
En definitiva, podemos concluir que:
- Lo anunciado el sábado es un paso más en una estrategia diseñada por
el gobierno para trasvasar enormes cantidades de dinero público
a la banca, recortando los derechos laborales y sociales. Esta
estrategia se basa en la mentira y en el acuerdo entre los poderes
económico, financiero y político. - Si no tienen dudas de que la banca va a pagar o de que invertir
en la banca del estado español es rentable, que lo haga el
capital privado, no el público. No queremos que se les rescate con
nuestro aval, si les avalamos las víctimas seremos todos. No nos fiamos.
queremos que respondan por todo lo que han hecho, como hacemos el
resto de conciaudadanos. - La operación es un empujón al precipicio, no un rescate. Va a
suponer un empobrecimiento generalizado de la población, a través del
aumento del paro y de la desprotección social. - Dar dinero a la banca y quitárselo a la gente es totalmente
injusto e inmoral. Hay que dejar caer a la banca que lo ha hecho mal:
no se puede premiar a los bancos irresponsables y oportunistas. El coste
que tendríamos que asumir por dejarlos caer es mucho menor que el
vamos a sufrir por sacarlos a flote. No es justo que todos los días siga
habiendo víctimas de los bancos codiciosos (personas que pierden casas
a medias de pagar, empresas “reales” que no obtienen créditos para
proyectos razonables), mientras que se da dinero a esos gigantes
insaciables con pies de barro. - El rechazo social y la movilización es la única vía para conseguir
cambiar las políticas.