El acuerdo de Mercedes garantiza la protección de la salud de los y las trabajadoras
El comité de empresa, obligó a la empresa a tomar medidas cuando no tenía intención alguna. Nuestro objetivo era claro: la salud de las y los trabajadores, y en consecuencia la de la ciudadanía de Gasteiz. La colectividad por encima de la individualidad.
Es imprescindible hacer memoria de lo ocurrido. Empezando por el día donde viendo la falta de medidas que garantizaban nuestra salud decidimos plantarnos, hasta las tres reuniones posteriores entre el comité y la dirección. Que no intenten manipular el relato; para Mercedes-Benz en ningún momento ha sido prioritario la salud de casi 5.000 personas, y si hemos llegado hasta esta situación es por el compromiso, la lucha y la solidaridad. Desde ELA queremos hacer un alegato a favor de la lucha sindical organizada. Juntas y juntos somos más fuertes y da igual lo complicado y excepcional de la coyuntura.
La empresa puede intentar trasladar que este acuerdo es fruto de su buena voluntad. Sabemos que eso no es así. La oferta llega cuando la empresa ve que no funciona ni la estrategia del miedo ni la presión mediática tras el poco éxito de la carta en la que se argumenta una hipotética pérdida de la confianza de la compañía en la planta de Gasteiz. La confianza de la empresa se la ganan los trabajadores y trabajadoras en el día a día con su innegable esfuerzo y esta gente no merece otra cosa que el reconocimiento y el agradecimiento. Ahora, además de eso, también merecen el respeto que se han ganado con su lucha por la salud colectiva.
Queremos denunciar la actitud de las instituciones y los gobiernos vasco y estatal. Están dejando desprotegidos a las y los trabajadores. Esta situación tiene unos claros responsables. En Mercedes se ha logrado cambiar esa dinámica gracias a la correlación de fuerzas. Sin embargo, otras muchas empresas siguen funcionando con total normalidad, y muchas de ellas sin tomar las debidas medidas de protección. En la coyuntura que estamos padeciendo como sociedad, la clase trabajadora vasca no olvidará esta actitud.
ELA va a seguir trabajando día a día para que no se lleve a cabo actividad laboral no esencial. En la dicotomía entre capital y la salud, lo tenemos muy claro: la vida es lo primero.