Fin a la precarización y la doble escala #Landeia #EutsiTaTira
Han sido necesarios seis meses de huelgas y movilizaciones pero, finalmente, las seis personas que componen la plantilla de la empresa que presta el servicio de cocina en la Residencia Ariznavarra de Gasteiz han conseguido la firma de un acuerdo de centro de trabajo con las mismas condiciones laborales que tiene el personal directo de la residencia y centro de día Ariznavarra. Nuria Vallejos Barroso, responsable del sector socio-sanitario de ELA en la capital alavesa, visiblemente satisfecha, asegura con rotundidad que “este acuerdo es fruto, sin duda, de la lucha sindical de la plantilla”.
El servicio de cocina fue externalizado por Domus VI en julio de 2017, con el beneplácito del Instituto Foral de Bienestar Social (IFBS). A partir de ahí, a la plantilla de cocina se le dejó de aplicar el Pacto de la Residencia y Centro de Día Ariznavarra y se les pasó al Convenio Estatal de Residencias Privadas, provocando con ello la precarización de sus condiciones laborales y una doble escala salarial entre el personal subrogado y el de nueva contratación.
Tras infructuosos intentos de dar la vuelta a esta situación de una manera negociada, diez meses después, en mayo de 2018, el personal de la cocina –3 cocineros (hombres) y 3 ayudantes de cocina (mujeres) –iniciaron una huelga indefinida que ha durado seis meses, hasta que el 7 de noviembre ELA firmó el acuerdo que va a regular las condiciones del personal del servicio de restauración de la Residencia Ariznavarra. Con este acuerdo, ELA consigue que Medirest Social, empresa que actualmente gestiona el servicio de cocina, aplique a todo el personal las mismas condiciones laborales que tiene el personal de la Residencia Ariznavarra, rompiendo con ello la precarización y la doble escala salarial.
La privatización, sinónimo de deterioro laboral y del servicio
Nuria Vallejos insiste en que “este acuerdo es fruto de las movilizaciones, lo que nos refuerza en el convencimiento de que para llegar a acuerdos satisfactorios para las trabajadoras y trabajadores el único camino posible es la lucha”. En ese sentido, destaca la implicación de todo el personal de cocina de Medirest Social, “incluidas aquellas personas que han sustituido al personal estable durante estos seis meses”. Así mismo, resalta el apoyo recibido por parte de los y las trabajadoras de Domus VI y, especialmente, a las delegadas de ELA en la residencia.
A la hora de hacer una lectura política del conflicto, Nuria Vallejos critica la apuesta por la privatización del IFBS. “La privatización precariza de las condiciones laborales y un deterioro notable de la calidad del servicio que se ofrece. No se asegura la atención centrada en el usuario de la que el IFBS tanto presume, algo que no debemos consentir que suceda”, asegura con rotundidad esta sindicalista, al tiempo que concluye afirmando que “hemos acordado mantener reuniones periódicas con la empresa para garantizar en todo momento la calidad del servicio, tal y cómo hemos hecho desde el principio del conflicto”.