Las mulas de carga han dicho basta #Landeia

04/05/2021
La plantilla de Ferrovial-Araia (Araba) logra un magnífico convenio tras 40 días de huelga, doblegando tanto a Ferrovial como a Michelin. La revista #Landeia analiza este tema en su último número.

Han sido necesarios 40 días de huelga, pero lo han conseguido. La plantilla del almacén de Ferrovial en Araia –compuesta por 90 trabajadores y trabajadoras–, que realiza labores logísticas para Michelin, ha forzado a la dirección a firmar un convenio de empresa (2020-2024) que supone un salto adelante en la mejora de sus condiciones laborales, después de que en el anterior lograran acabar con la doble escala salarial que sufrían. Paso a paso, convenio a convenio, los trabajadores y trabajadoras de esta subcontrata se van acercando a las condiciones laborales de sus compañeros de la empresa principal. Roberto Pardo, responsable de Industria eta Eraikuntza en Araba, destaca una lucha que ha demostrado que “a pesar de la precariedad, una plantilla unida y organizada en un sindicato con caja de resistencia puede lograr algo tan difícil, a priori, como vencer a dos multinacionales”. No es casualidad, tampoco, que los 5 delegados sindicales de esta empresa sean de ELA.

-En primer lugar, enhorabuena. ¿En tiempos tan duros para la clase trabajadora cómo sabe una victoria sindical como la de Ferrovial?

-Tanto la plantilla de Ferrovial como el sindicato estamos muy contentos. Han sido 40 días de huelga, con todo lo que eso supone, pero hemos conseguido los puntos más importantes de nuestra plataforma reivindicativa.

También damos mucho valor a cómo se ha llevado a cabo el proceso que ha terminado en la convocatoria de huelga: la movilización de la plantilla a la hora de revindicar mejores condiciones de las subcontratas pone de manifiesto que una plantilla, aún siendo precaria, si está organizada, afiliada y unida puede plantar cara a dos grandes multinacionales como Michelin y Ferrovial y lograr objetivos que, en principio, podían parecer imposibles.

Tampoco quiero olvidar el aspecto humano del conflicto: se han reforzado los lazos entre los tres colectivos –gente de la comarca, subsaharianos y magrebíes– que componen la plantilla. La lucha codo con codo ha forjado relaciones de confianza que van a permitir seguir dando pasos importantes a nivel sindical en el futuro.

-¿Cuáles son los puntos fundamentales del convenio conseguido?

-La plataforma de convenio de ELA era muy ilusionante; no sólo revindicábamos mejoras salariales, sino que poníamos el foco en erradicar la precariedad tanto a nivel de contratación como de seguridad y salud laboral.

En este sentido, destacar que el convenio logrado recoge incrementos lineales en el salario base de más de 3.600 euros en los cinco años de vigencia (2020-2024). Asimismo, se ha logrado un plus para el sistema de trabajo 5x8 (dos semanas de mañana, dos de tarde y dos de noche, librando 4 días) de 220 euros mensuales y de 170 para el 4x8 (6 semanas de mañana, 5 de tarde y 6 de noche, librando 1 semana), cuando antes no se retribuía por trabajar fin de semana, domingo y festivos.

En jornada, se han logrado 14 horas anuales de libre disposición remuneradas. El acuerdo recoge, también, la creación de una bolsa de trabajo que rija de manera objetiva la llamada de personal eventual y que el personal de ETTs tenga las mismas condiciones laborales que el directo de Ferrovial.

Asimismo, las bajas laborales, independientemente de su grado, se cobrarán al 100%.

-40 días de huelga son muchos días. ¿Cuáles han sido las razones de la larga duración de este conflicto?

-Nosotros ya preveíamos que la huelga iba a ser larga. En las reuniones y asambleas preparatorias ya adelantamos a la plantilla que teníamos que prepararnos para un conflicto largo porque el enemigo, entre comillas, no era fácil: dos multinacionales, Ferrovial y Michelín, ni más ni menos. Y a pesar de ello, la asamblea, de manera abrumadora, decidió ir a la huelga indefinida. Creían en ellos y en el sindicato.

Y el conflicto se ha alargado en el tiempo, también, porque una vez más las empresas han jugado sucio y han conculcado el derecho de huelga de la plantilla: Michelin ha desviado producción a otros almacenes, se han dado casos de sustitución ilegal de trabajadores, ha habido transportistas que han realizado tareas propias de Ferrovial… Han intentado, por todos los medios, minimizar los efectos de la huelga, pero la plantilla se ha mantenido firme hasta el final. Sin duda, se han ganado el convenio.

-Decías antes que la plantilla de Ferrovial está compuesta por distintos colectivos. ¿Esta diversidad ha sido una ventaja o una desventaja para el desarrollo del conflicto?

-En ELA estamos convencidos de que la diversidad es enriquecedora y la entendemos en clave de suma, aunque es cierto que muchas veces es utilizada para dividir. Como sindicato y como clase trabajadora debemos evitar caer en esa trampa.

La plantilla de Ferrovial se compone de tres grandes grupos de trabajadores y trabajadoras: un colectivo de gente de la comarca, otro grupo de trabajadores subsaharianos y otro de magrebíes. Independientemente de su origen, durante los meses previos a la huelga y durante la misma han luchado codo con codo y de manera solidaria para acabar con la precariedad que sufrían.

Yo destacaría, en este sentido, el esfuerzo colectivo tanto de los trabajadores y trabajadoras como de incluso gente de la zona de Agurain para ayudar a las personas emigrantes que hablan castellano justo justo (y nada de euskera), o cómo se han hecho responsables de traducir lo que se decía en las asambleas y en el resto de movidas. El idioma no ha sido una barrera ni elemento de división gracias a esa solidaridad.

-Finalmente, ¿y ahora qué?

-Pues seguir trabajando como hasta ahora. Los miembros de la sección sindical de ELA en Ferrovial están haciendo un gran trabajo, se han ganado la confianza de la plantilla, tienen una gran credibilidad, y van a seguir en esa línea. Sabiendo que el primer reto es velar por el cumplimiento de lo firmado y estar vigilantes para que la dirección no adopte ningún tipo de represalia contra los trabajadores más activos sindicalmente.

 

Cuando David vence a Goliat

Mirari Ullibarri, responsable de Acción Social en Araba

El 11 de marzo, tras 40 días de huelga, la plantilla de Ferrovial Araia consiguió uno de los mejores acuerdos de la industria alavesa. Bajo el lema ‘Las mulas de carga han dicho basta’ se ha logrado aunar las reclamaciones de la plantilla; el acuerdo no solo obtiene mejoras para todos los grupos, también erradica las diferencias entre los mismos, alcanzado así tanto beneficios como igualdad. La planificación estratégica de la negociación colectiva materializada en un arduo trabajo de asambleas, reuniones, notas informativas y planfletadas, ha dado lugar a la unión y la fuerza que ha conseguido doblegar a Goliat. Ferrovial Araia es una de las subcontratas de la multinacional francesa Michelin que se ha visto obligada a seguir el ritmo que marcaban los y las trabajadoras.

La huelga no hubiese sido posible si no existieran herramientas de contrapoder. En primer lugar, herramientas como la caja de resistencia, que hace posible realizar huelgas resolutivas y eficaces. En segundo lugar, una mayoría sindical que facilite tanto la toma de decisión como de movimiento. Por último, una plantilla unida dispuesta a llegar hasta el final.

La Pasionaria dijo una vez: “El mejor guerrero no es el que triunfa siempre, sino el que vuelve sin miedo a la batalla”. Eso es lo que no tenían las y los trabajadores de Ferrovial: miedo. Una plantilla, compuesta tanto por personal de ETT como por personal interno, que politizó e informó a toda su estructura. Muchas de esas personas apenas hablaban castellano, pero pusieron en jaque tanto el sistema tradicional de lucha como a los magnates de la industria francesa.

“Nunca lo hubiera imaginado, pero después de este proceso de huelga, habéis pasado a ser mi familia”, dijo uno de los trabajadores de Ferrovial tras la última asamblea. Las movilizaciones, llenas de contrastes culturales, a veces con pastas, otras con almuerzos comunitarios (en los que se tenía en cuenta a toda la plantilla), han conseguido que las mulas de carga sean más fuerte que nunca y logren un pacto digno donde se escucha a todas las personas de la plantilla.

Dice el refrán, ‘quién la sigue, la consigue’. Esto es lo conseguido: conversión de todos los contratos parciales a tiempo completo; 14 horas remuneradas anuales de libre disposición; mejoras en los pluses; que se abone el cuarto y quinto equipo; que las bajas laborales independientemente de su grado se paguen al 100%; mejoras a partir del cuarto día en las bajas comunes; una bolsa reglada para las personas eventuales; igualdad de condiciones sociolaborales para las personas de la ETT; que el plazo para reclamar cantidades aumente a 24 meses; que la empresa otorgue un vehículo a disposición cuando esta tenga que ir a la mutua; que se aborde el problema de género en el centro de trabajo; garantía contra el despido en caso de ser declarada persona No Apta tras un reconocimiento médico...

Por si fuera poco, no solo se han logrado mejoras para la plantilla de Ferrovial, también se ha conseguido que a las trabajadoras de la limpieza de la empresa subcontratada se les aplique el convenio de la limpieza de Álava. Esta lucha, además de interseccional, también ha sido solidaria. A través de esta batalla se ha conseguido poner la vida en el centro, otorgándole valor a todas las personas de la plantilla, estableciendo no solo mejoras monetarias, sino también socio-laborales. Gracias por recordarnos que la organización y la constancia trae sus frutos, que por muchos palos que nos pongan en las ruedas, seguiremos adelante. Sois ejemplo.