Las trabajadoras de las residencias de Álava denuncian el abandono de la Diputación en una carta

23/12/2020
Las trabajadoras de las residencias privadas de Araba denuncian, en su tercera jornada de huelga, la falta de voluntad negociadora de la Diputación Foral de Álava, ante lo que consideran una regresión de sus derechos y un empeoramiento de los cuidados, una realidad previa a la pandemia pero que se ha visto reforzada con la llegada de la crisis sanitaria. Así las cosas, las trabajadoras, en una permormance y ataviadas con los trajes de Olentzero y Mari Domingi, han acudido hasta la sede de la Diputación alavesa, en Gasteiz, donde les han hecho entrega de una carta a Emilio Sola y Patxi Antón, Diputado Foral de Políticas Sociales de Álava y gerente del Instituto Foral de Bienestar Social, respectivamente. Como no podía ser de otra forma, junto a la carta les han entregado carbón.

Carta de las trabajadoras de las residencias de Álava.

Estimados Emilio Sola y Patxi Antón:

Somos Olentzero y Mari Domingi y os hacemos entrega de esta carta junto con un obsequio. En este año tan difícil para todas las personas, nos gustaría transmitiros nuestro malestar ante la situación de las residencias privadas de Araba.

Sabemos que están siendo meses muy difíciles para los y las usuarias, las personas más vulnerables frente a la COVID-19; pero también lo están siendo para las trabajadoras que, día a día, se levantan para cuidar y acompañar a nuestros mayores.

Día tras día ven como los mayores se apagan sumidos en la soledad, sin poder relacionarse y disminuyendo su capacidad física. Eso es una carga física y psicológica que las trabajadoras no pueden soportar más.

Esta situación no ha hecho más que mermar, aún más, las pésimas condiciones y los pocos derechos que las trabajadoras de las residencias privadas de Araba ya sufrían. Llevan casi dos años saliendo a la calle, denunciando y exigiendo a las empresas la constitución de una patronal para poder negociar unas condiciones dignas que dignifiquen la vida de las trabajadoras y los cuidados de las personas usuarias.

Toda la sociedad ha escuchado su mensaje. Tanto es así que sus reivindicaciones y cánticos por una vida mejor han alcanzado incluso las montañas. Así que nos apena profundamente que vosotros no hayáis prestado atención y que no hayáis hecho nada por cambiar la situación de miles de personas.

Por eso, este año no nos queda otra opción que entregaros carbón, a la espera de que la situación cambie. Mientras tanto, las trabajadoras os seguirán regalando sus gritos, pues la voz nunca les va a fallar.

Eguberri on!