ELA-Ertzaintza denuncia que el pasotismo del Departamento de Seguridad está dejando a la Ertzaintza en una situación muy critica
A pesar de que en los últimos meses han sido ya tres las peticiones que este sindicato ha realizado para la convocatoria de la mesa 103, el Departamento se niega de manera sistemática a convocar dicha mesa de negociación. Así en los últimos 5 años no ha habido acuerdo alguno que favorezca a la globalidad del colectivo, se dedica a realizar parches parciales que no satisfacen a nadie. El Departamento ni siquiera atiende a los requerimientos del CRL, que a instancias de ELA obligaba al Departamento a abrir la negociación sobre calendarios, que está repercutiendo negativamente en el servicio y en las condiciones de trabajo del personal. Entre otros, en áreas como el de investigación o la Unidad de Vigilancia y Rescate.
Los incumplimientos en materia de Seguridad y Salud laboral por parte del Departamento son una constante. Por tanto son ingentes las denuncias presentadas y muy escasas las soluciones que aumentan de por sí la sensación muy extendida de menosprecio en el colectivo afectado.
El caos organizativo es absoluto y tiene graves consecuencias en la Ertzaintza y en el servicio que se presta a la sociedad.
Las graves carencias en la formación por parte del Departamento son alarmantes. En esta materia la falta de previsión y planificación es tan grande, que no se garantiza ni tan siquiera la pernoctación al personal que realiza los cursos en la academia o en otro lugar habilitado, cosa insólita hasta la fecha en los años de historia de la Ertzaintza.
El último capitulo de este hartazgo y desánimo ante la dejación e inoperancia por parte del Departamento lo está viviendo el colectivo de la unidad de tráfico de Gipuzkoa, que ve que peticiones tan básicas como habilitar una sala de secado para tener la ropa de trabajo mojada, o que el personal tenga la suficiente formación para realizar su trabajo, no se tengan en consideración por parte del Departamento.
Así, es muy grave que la media de los turismos superen los 500.000 y algunos los 800.000 km. Que las motocicletas, cuya vida útil debiera ser la de 150.000 km, superen de media los 170.000. Que se vean obligadas las unidades de tráfico de Araba y Bizkaia a prestar motocicletas a Gipuzkoa por el elevado número de pruebas deportivas que han de cubrir, es otro síntoma de la nefasta planificación. La dotación de elementos tan imprescindibles como los guantes especiales no llegan o llegan tarde. O elementos cuyo coste no llegaría a 10€, pero fundamental, como el cable de conexión de casco a motocicleta, hay que mendigar para que lleguen. En cuanto a personal, es tal la precariedad que se han triplicado este año el número de llamamientos en jornadas de libre respecto al año anterior, a lo que se suma que más de un tercio de la plantilla no tiene formación en la especialidad de Seguridad Vial.