Negociación sin luz ni taquigrafos

Lo que sí dice esa nota es el cómo y el donde se acuerdan estas bilaterales y los temas a tratar: En la reunión de negociación del pasado 4 de abril entre el Departamento de Seguridad, ESAN y CC.OO (que solo representan al 20 % de la plantilla de la Ertzaintza).
Parece, como poco sorprendente, que se acuse a ELA-Ertzaintza de no acudir a una reunión bilateral cuando no se tiene ninguna voluntad de convocar una mesa de negociación para hablar del Acuerdo Regulador en su totalidad; y que por contra se hable de temas acordados con otros sindicatos.
Sindicatos que junto a la Consejera de Seguridad, prefieren participar en cambalaches para mayor gloria de los presentes, montados para que no cambie nada; de los que nadie tiene conocimiento -por ser sin Luz ni Taquígrafos- y que tanto le gustan al departamento a CC.OO y ESAN (quien en su momento ya impidió que se grabasen las reuniones de mesa de negociación).
Nuestra posición es clara y pública, asistiremos a todas las mesas de negociación que se convoquen para negociar un nuevo convenio; pero el primer requisito es, que por parte del Departamento se presente una propuesta de Acuerdo Regulador en la que se aborde la totalidad del mismo. No aceptamos la parcialización interesada que pretende hacer la Administración buscando exclusivamente las soluciones al desastre creado por ellos mismos, dejando para el final (¡o para nunca!) aspectos de vital importancia para los y las Ertzainas.
Los derechos de los y las Ertzainas están siendo permanentemente recortados, la falta de respeto que han demostrado los gestores del Departamento de Seguridad hacia nosotros y nosotras, nos ha demostrado que el único camino que puede parar estos recortes es la confrontación. Así lo hemos entendido el 80% de la representación de la Ertzaintza. Sin embargo tenemos un par de sindicatos que siguen colaborando con la Administración, ejerciendo un sindicalismo de acompañamiento y gestionando las migajas que les dan.
La actual situación en la Ertzaintza es responsabilidad del Departamento de Seguridad y de esos representantes de los trabajadores que interesadamente participan en estos saraos. En los que nadie se responsabiliza de lo que se dice, hace o acuerda, ya que todo se hace sin luz ni taquígrafos.