No es problema de unión sindical, es un problema de modelo

10/05/2023
ELA considera que la masiva movilización que tuvo lugar el pasado lunes congregando a miles de ertzainas constituye una piedra de toque tanto para la política vasca como para el sindicalismo representado en la Ertzaintza

Los sucesivos Gobiernos de la CAPV han apostado, en efecto, por una gestión neoliberal de la función pública. Las consecuencias de esa política se sienten en todos los sectores, y también en la Ertzaintza. El descontento que se expresó anteayer en la Policía vasca no es, en este sentido, distinto al que padecen, por ejemplo, los trabajadores y trabajadoras de la Sanidad vasca u otros que se están movilizando desde hace tiempo. Para ELA esa política neoliberal es responsabilidad exclusiva de los Gobiernos de Gasteiz y los partidos que los componen y apoyan.

Ante esa política que degrada las condiciones de trabajo ELA ha apostado siempre por la movilización. Es lo que el sindicato promueve en todos los sectores del país para ganar en correlación de fuerzas, y es lo que explica que las condiciones de trabajo en la CAPV sean mejores a las del resto del estado. Valga para ilustrar esto el siguiente dato: en 2022 se realizaron en la CAPV más del 50% de las huelgas de todo el estado, ¡aunque solo tenemos el 6% de la población! En el caso del sector público en que se encuadra la Ertzaintza, ELA ha liderado todas y cada una de todas las huelgas que se han llevado a término. Por esa razón para ELA-Ertzaintza el deterioro de las condiciones laborales del colectivo no se debe a la falta de unión entre los sindicatos, cosa que sucede en otros muchos sectores. El problema de fondo es la falta de movilización y la apuesta por un modelo sindical clientelar; más preocupado por cuestiones accesorias (como regalos, descuentos de viajes, cuota 0 o temarios gratis) que por las condiciones de de vida y de trabajo de las pesonas del Colectivo. Un modelo clientelar que además, hace gala de una política de concertación muy favorable a los intereses del Gobierno, rubricando acuerdos vacíos de contenidos que se publicitan como grandes logros.

Durante años el Departamento se ha beneficiado de ese modelo clientelar y de concertación, ha trabajado duro para que se debilite en la Ertzaintza la referencia de un sindicalismo solidario con toda la función pública y la clase trabajadora como el de ELA. El último episodio de este proceso ha sido dejar a nuestro sindicato fuera de la Mesa de negociación y del Comité de Salud laboral. Lo primero ya lo ha logrado, con la pasividad manifiesta de los sindicatos acreditados.

ELA valora positivamente que miles de trabajadores y trabajadoras de la Ertzaintza apuesten por la movilización. También que se reclamen acuerdos suscritos por la mayoría, cuestión que siempre ELA ha exigido (mínimo democrático, por cierto, que el Gobierno incumple sistemáticamente). Urge revertir la política laboral del Departamento y poner fin a los recortes sufridos en los últimos años. También apostamos, lógicamente, por la unidad internsindical, siempre que se clarifique previamente “para qué” es esa unidad, y se acuerden previamente unos mínimos entre las organizaciones que han de negociar.

La Ertzaintza es un cuerpo policial que ha gozado del reconocimiento de las naciones del entorno y también en el resto del Estado. No solo por sus mejores condiciones laborales, sino también porque en ella ha habido siempre agentes y organizaciones sindicales comprometidas con un modelo policial democrático, civil y respetuoso de los derechos humanos. ELA considera que las políticas neoliberales de los Gobiernos, por un lado, y la deriva del sindicalismo clientelar y corporativo, por otro, están degradando irresponsablemente la salud de nuestra Policía, que es un instrumento clave del autogobierno de nuestro pueblo. Y esto es inaceptable. Creemos que estamos a tiempo de revertir ese proceso.

Es tiempo de movilización; de acordar mínimos y defenderlos con fuerza ante el Departamento. Esa es nuestra apuesta.