Mecaner (Urduliz)

“Es una deslocalización encubierta de manual”

13/02/2024
La multinacional Stellantis quiere cerrar la troquelería Mecaner para trasladar la producción a China, pese a que la planta de Urduliz (Bizkaia) genere grandes beneficios para el grupo automovilístico

El 1 de septiembre es para mucha gente el primera día de trabajo tras las vacaciones de verano. También en Mecaner SAU, histórica troquelería situada en Urduliz y que desde hace más de 60 años se dedica a la automoción. Sin embargo, este 1 de septiembre lo peor para las 148 personas que trabajan en Mecaner -144 personas empleadas directas más otras 4 subcontratadas- no fue tener que volver al curro. Ese día la multinacional Stellantis, a la que pertenece Mecaner, anunció el cierre de la fábrica de Urduliz, argumentando que no es viable. Una excusa poco creíble, tal y como destaca Mikel Bilbao, responsable de Industria eta Eraikuntza en Eskumaldea.

“En 2023 Mecaner obtuvo 600.000 euros de beneficio. Y eso que solo trabajó para otras empresas del grupo Stellantis y con los precios que le ponía la propia multinacional. Este tipo de multinacionales suele jugar con los precios. De este modo, pueden hacer ingeniería financiera dentro del mismo grupo para que una determinada empresa tenga más beneficios o que otra tenga pérdidas. Tampoco podemos olvidar que Stellantis tuvo beneficios por valor de 16.000 millones de euros. Lo de que no es rentable no es creíble”.

¿Entonces, por que quiere cerrar Stellantis una troquelería como Mecaner que es rentable y da miles de euros de beneficios? Mikel Bilbao intenta responder a esta pregunta. “Estamos ante una deslocalización encubierta de manual. Antes del anuncio del ERE de extinción la empresa llevaba tiempo en pleno proceso de vaciado de carga de trabajo de la planta de Urduliz. Para ello empezaron a desviar trabajos adjudicados inicialmente a Mecaner a otras plantas del grupo. Incluso llegaron a subcontratar trabajos que se realizaban en Mecaner a otra troquelería ajena al grupo. En julio, un mes antes del anuncio del ERE, estábamos negociando el siguiente convenio. La empresa ofreció una subida salarial del 5,1% que rechazamos porque no se garantizaba el IPC. La siguiente noticia que tuvimos fue su intención de cerrar la empresa”.

“Para entender lo que ha pasado, –continúa–, es necesario conocer cómo funciona Stellantis. Esta multinacional es fruto de la fusión, o, mejor dicho, de la absorción del grupo francés PSA por parte de la italo-estadounidense Fiat Chrysler Automobiles. PSA históricamente ha realizado todo el proceso de troquelería en China, por una mera cuestión económica. Luego esas piezas las traen a Europa para acabarlas, que es donde tiene las fábricas de montaje de coches. En Mecaner se realiza todo el proceso de troquelaje, desde el comienzo hasta el final. Por eso tenemos claro que estamos ante un proceso de cierre y deslocalización de manual. Quieren quitarse todo el proceso de troquelería y llevarlo a China, porque dicen que es más barato”.

Con ganas de lucha

Nada más conocer la propuesta de cierre de Mecaner, ELA propuso una huelga indefinida. Una propuesta que no fue compartida por el resto de los sindicatos. “Nosotros tenemos dos de nueve delegados y delegadas. Desde el primer minuto tuvimos claro que la mejor forma de responder era una huelga indefinida, pero el resto de sindicatos no secundaron la propuesta. Teniendo en cuenta que el proceso del ERE comienza en marzo una huelga indefinida suponía, si no había antes un acuerdo, al menos seis meses de huelga, con el costo económico que eso supone si no tienes una buena caja de resistencia. Por lo tanto, los primeros meses la plantilla estuvo haciendo huelga un día o dos a la semana. Nos gustaría que fueran más, pero bueno”. A buen entendedor…

Sin embargo, viendo que el tiempo pasaba, y ante la necesidad de incrementar la presión, el 29 de enero ELA decidió convocar huelga indefinida. “Trasladaremos la propuesta al resto de sindicatos. Si se suman a la huelga indefinida, perfecto. Si no, seguiremos con la convocatoria en solitario”.

En este contexto, Mikel Bilbao considera que la respuesta de la plantilla está siendo muy positiva. “El seguimiento de las huelgas está siendo alto, y a las movilizaciones vienen muchos trabajadores y trabajadoras. Hay que seguir luchando, y creemos que estamos en condiciones de aumentar la presión para lograr el mantenimiento de este proyecto industrial”.

Luchando por el futuro

La plantilla ha intentado en numerosas ocasiones contactar con la empresa, pero ha sido en vano. Lo único que saben es que en marzo se pondrá en marcha un ERE de extinción, pero más allá de eso no saben qué intención tiene Stellantis: si venderá la empresa o no, si tiene previsto algo distinto... “En este sentido, lo único que sabemos es que el periodo de consultas del ERE comenzará el 4 de marzo. Por eso nos avisaron el 1 de septiembre de su intención de cerrar la planta. Con la nueva legislación hay que preavisar con al menos seis meses de antelación los ERE que afecten a más de 50 personas o que supongan el cierre de la empresa”.

Contactos con Gobiernos y responsables políticos

Además, la plantilla también ha tenido diversas reuniones con diferentes responsables como la Diputación Foral de Bizkaia, el Gobierno Vasco o Yolanda Díaz, ministra de Trabajo y Economía Social. “El Gobierno Vasco lo único que nos ha dicho es que, al igual que hace con otras empresas en situación crítica, intentará buscar inversores. Se ha limitado a señalar que se sometería al procedimiento ordinario, sin ningún compromiso concreto. A fecha de hoy no tenemos ninguna respuesta ni compromiso en este sentido”.

“Por su parte, la plantilla se reunió en diciembre con Yolanda Díaz. Conviene recordar que Díaz renunció hace un año a modificar la normativa de despido de la reforma laboral de 2012. La reforma laboral de Rajoy facilitó el despido colectivo en empresas con beneficios. Díaz debería asumir compromisos concretos que impidan despidos. No olvidemos que en la reforma laboral del año pasado la ministra Díaz se negó a derogar la de 2012. Es decir, no modificó una legislación que permite el cierre de una empresa con beneficios. No nos cansaremos de reivindicar la necesidad de una política diferente que defienda los puestos de trabajo. Para ello es imprescindible el compromiso de las instituciones”.

Pese a todas las dificultades, la plantilla de Mecaner no se rinde y seguirá luchando por su futuro. Así lo confirma Mikel Bilbao. “Esta empresa es muy importante para toda la comarca. Hablamos de una empresa que tiene más de 60 años y que ha llegado a tener alrededor de 500 trabajadores y trabajadoras. Además, muchos de quienes hoy trabajan en esta empresa tienen alrededor de 50 años, con lo que el cierre de la empresa les dejaría en una especial situación de vulnerabilidad e incertidumbre de cara al futuro”.