ELA reivindica todos los derechos para todas las personas y apoya las luchas de los colectivos antirracistas y antifascistas de cara al Día Internacional Contra el Racismo y la Xenofobia

21/03/2020
El 21 de marzo de 1960 la policía de Sharperville, Sudáfrica, asesinó a 69 personas en una manifestación pacífica contra las leyes del apartheid en dicho país. 60 años después, este 21 de marzo de 2020, en el Día Internacional contra el Racismo y la Xenofobia, el mundo se enfrenta a una crisis de alarma sanitaria excepcional a causa del COVID-19, un virus que evidencia de manera más clara si cabe, la crisis sistémica de la cual precedemos en términos de género, raza y clase. Un día como hoy, en donde las fronteras se cierran y las personas nos confinamos en nuestras casas.

Desde el sindicato ELA nos unimos a las reivindicaciones y las luchas que desde distintos colectivos anti racistas y anti fascistas de nuestro pueblo y desde distintos lugares se suceden estos días. La solidaridad y la unidad contra el racismo, la xenofobia, el fascismo y la ultra derecha se hacen imprescindibles en los tiempos que corren. La realidad de Grecia por ejemplo, así lo retrata y lo reclama.

“Ninguna persona es ilegal” o “papeles para todas y todos”, siempre han sido reivindicaciones básicas en términos políticos pero sobre todo humanos, porque si algunas personas y/o colectivos han sido y son discriminados y ven sus derechos básicos vulnerados constantemente son las personas migradas y racializadas. Que se lo pregunten sino a las personas en situación administrativa irregular en el estado español. La Ley de Extranjería no perdona.

Ahora que tanto los gobiernos locales como estatales se empeñan en decir que ninguna persona debe quedar atrás ante la situación de excepcionalidad que estamos viviendo, es necesario recordar que no todas las personas enfrentan las mismas situaciones y realidades. No todo el mundo se puede quedar en casa porque sencillamente no la tiene. Tal es el caso de muchas empleadas de hogar y trabajadoras internas, las personas en situación de calle, muchas personas menores no acompañadas, o las personas retenidas en CIEs (Centros de Internamiento para Extranjeros) por faltas administrativas que deberían ser liberadas y dotadas de una alternativa habitacional. 

Si las personas y la vida tienen que ser el centro, es urgente la alianza y la confianza política entre colectivos y personas afectadas por la precariedad laboral y vital. Movimiento sindical, movimiento feminista, movimiento anti racista, movimiento juvenil, movimiento de personas pensionistas...

Pero si algo nos convoca el Día Internacional contra el Racismo y la Xenofobia es a reivindicar con más fuerza y a exigir a las autoridades que “ninguna persona puede quedar atrás” no sea una frase hecha, dicha solo en este estado de alarma y como mera declaración institucional. Que es necesario y urgente tomar medidas de verdad, regularizando a todas las personas migrantes que están en situación administrativa irregular, derogando la ley de extranjería y dejando atrás todo tipo de políticas o actuaciones racistas, dejando en libertad a las personas que están encerradas en CIEs por faltas administrativas o aprobando la ILP contra la pobreza y la exclusión social que proponía medidas concretas sobre prestaciones sociales y derecho a la vivienda entre otras.

Mientras tanto, y hasta que nos encontremos en las calles, seguiremos gritando quizá la reivindicación más básica de todas, vigente el 21 de marzo y todos los días,