DÍA CONTRA EL RACISMO

Mohamadou Ly: “¿Quién nos va a contratar sin papeles?”

14/03/2023
La actual Ley de Extranjería vulnera los derechos de las personas migradas condenándolas a la más extrema precariedad. En el marco del día internacional contra el racismo, hablamos con personas afiliadas y delegadas de ELA que nos contarán cómo les ha afectado.

Mohamadou Ly nació en Senegal y llegó a España en 2005, en patera. Primero vivió en Barcelona, vendiendo en la calle. “Había días que la policía te quitaba las cosas. No te llevaban a la cárcel, pero te quitaban lo que te daba de comer”, recuerda con desazón. Desde 2012 vive en Euskal Herria.

“En la empresa en la que trabajo la mayoría somos de Senegal. La gente nos mira mal, incluso me han llegado a decir: “Venís a quitarnos el trabajo”. Yo les respondo: `el trabajo que nosotros hacemos vosotros no lo queréis´. Nosotros no trabajamos con el ordenador, trabajamos limpiando, con las manos, con dolor de espalda; eso vosotros no queréis hacerlo. El jefe no nos contrata porque seamos buenos, sino porque sabe que otros no harían ese trabajo”, enfatiza.

Recuerda que en 2005, cuando llegó por primera vez a España, la Ley obligaba a residir durante tres años para conseguir los papeles. “Te exigían un pre-contrato de un año y eso era lo más difícil: ¿Quién nos va a contratar si no tenemos papeles?”.

Lo vivió en primera persona cuando cuando marchó de Barcelona a un pueblo de Lleida, en busca de trabajo a una empresa de fundición. “En ese momento ni siquiera sabía castellano. Le dije al encargado que necesitaba trabajar y me preguntó si tenía papeles. Le dije que no, pero que tenía que buscarme la vida. ¿Cómo te voy a dar trabajo entonces?, me dijo. Yo tenía un amigo que vivía en Francia y no necesitaba los papeles españoles, así que finalmente me contrataron con los suyos. Después de tres años le tuve que explicar al jefe que los papeles con los que me había contratado no eran míos y pedirle un contrato. Fundir es un trabajo muy duro y ellos necesitaban gente fuerte que estuviera dispuesta a hacerlo. Ellos me hicieron el favor hasta que pasaron tres años y pude regularizar mi situación”.

Sin embargo, conseguir el permiso de residencia no hace que desaparezcan la preocupaciones, lo explica así: “Al principio no tenía papeles y pensaba que estaría más tranquilo cuando tuviera papeles. Tienes que quedarte aquí hasta que te dan los papeles. Y luego cuando consigues papeles tienes problemas también, porque antes podía ir a Senegal y quedarme allí todo el tiempo que quisiera, pero con papeles no puedes. Cuando trabajas no puedes salir de España más de un mes. Para que no te quiten los papeles tienes que quedarte aquí”.

No tiene aún la nacionalidad, a pesar de llevar en España 17 años (la Ley exige 10 años). “La ley ha cambiado y ahora también te exigen que hagas ciertos cursos y apruebes unos exámenes. ¿Cómo voy a estudiar si tengo que trabajar todo el día?”, se pregunta.

Conoce de cerca el sindicalismo porque es delegado de ELA en su empresa. “Llevo diez años trabajando, y los cinco primeros no conocía mis derechos. Hay que pelear por los propios derechos, pero para eso primero hay que conocerlos. Un día el encargado me dijo: `vosotros solo sabéis decir “si” y “vale”. Yo le dije: `sí, es verdad, pero un día cambiaran las cosas, llegará un día en que vamos a decirte que no´. No nos pagaban festivos ni vacaciones. Cuando te ibas de vacaciones el jefe te rescindía el contrato, sacaba a uno y ponía a otro. Yo le dije: esto no es África, aquí estamos en Europa, hay leyes y derechos, tu dices que haces lo que te da la gana, pero eso lo vamos a ver”.

Sin embargo subraya la importancia de no idealizar esto, ya que aquí las cosas no son fáciles tampoco para quien migra: “Las leyes en Europa son mejores que en Senegal y aún así prefiero vivir allí para estar más tranquilo. Toda mi familia está allí. ¿Como voy a traer solo a mi mujer y mis hijos y dejar sola a mi madre allí?”. Además nos cuenta que la gente aquí no ve con buenos ojos la diferencia de costumbres: “Cuando llegas aquí tienes que integrarte pero no cambiar mis costumbres. Senegal aunque este mal es mi país, ¿donde voy a estar más tranquilo? Aquí estoy trabajando y mandando dinero a mi familia, pero no estoy tranquilo. Si mi madre y mis hermanos están allí siempre voy a estar siempre preocupado”, El tiene claro su deseo de regresar a su país: “Prefiero ir yo a Senegal y quedarnos todos allí.